Ir al contenido principal

Albert Halper

Albert Halper (1904-1984)
 Entre los autores seleccionados por Emili Olcina en Narrativa proletaria norteamericana 1929-1941 (Laertes, 2017), figura Albert Halper, con un cuento, "Esquirol", en mi opinión uno de los mejores de la antología. Hijo de inmigrantes lituanos pobres, Halper trabajó desde niño, fue autodidacta y se introdujo en el periodismo antes de dedicarse en cuerpo y alma a la literatura. Considerado un autor representante de la corriente "proletaria", a diferencia de otros colegas que comparten también dicha etiqueta, Halper no se afilió al partido comunista, aunque siempre mostró una gran conciencia social en la defensa de los obreros y sus reivindicaciones.
Sus primeras novelas reflejan de forma muy realista las condiciones laborales de la Gran Depresión y retratan con fidelidad los problemas de las capas más humildes de la población. Sus primeras novelas, como Union Square (1933), The Foundry (1934) y The Chute (1937), tuvieron un gran éxito y fueron traducidas a varios idiomas. En los años cuarenta su fama empezó a decaer. Tras la II Guerra Mundial los gustos y la vida americana empezaron a cambiar. Halper continuó escribiendo, si bien cada vez menos, hasta los años sesenta, cuando su nombre era ya un recuerdo lejano tanto por parte del público como de lo críticos.

Sendas cruzadas, Editorial Octrosa, Buenos Aires, 1945.
 Portada de Ángel Solari.

En español es un autor prácticamente inédito. Conozco una traducción argentina de Only and Inch from Glory (1943), titulada Sendas cruzadas (1945). Es una novela realista estimable, narrada con buen pulso en un estilo directo, conversacional, y que cuenta los anhelos, esperanzas y frustraciones de cuatro jóvenes neoyorquinos aspirantes al triunfo en lo personal y en lo profesional. Historias tristes, también, de enamorados y desamorados. 

Comentarios

Entradas populares

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Antillón

  Con el placer de costumbre leo en Lecturas y pasiones (Xordica, 2021), la más reciente recopilación de artículos de José Luis Melero, una referencia al geógrafo e historiador Isidoro de Antillón y Marzo, nacido y muerto en la localidad turolense de Santa Eulalia del Campo (1778-1814). Antillón fue un ilustrado en toda regla, liberal en lo político, que difundió sus ideas, entre ellas el antiesclavismo, a través de diversas publicaciones. Sus obras más relevantes son las de carácter geográfico, entre las que destaca Elementos de la geografía astronómica, natural y política de España y Portugal (1808). En esta obra se muestra crítico con otros geógrafos españoles (caso de Tomás López) y con los extranjeros que escribían sobre España (a excepción del naturalista Guillermo Bowles). Gracias a Jovellanos Antillón llegó a ser elegido diputado por Aragón en las Cortes de Cádiz. A su amigo y protector le dedicó Noticias históricas de D. Gaspar Melchor de Jovellanos , impreso en Palma de Mall

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de