Ir al contenido principal

Laye




Había leído numerosas referencias a la revista Laye, pero hasta hace poco no he podido verla y tenerla en la mano. Laye se publicó de 1950 a 1954 en Barcelona, editada por la Delegación Provincial de Educación Nacional, y pronto se convirtió en el altavoz del que años más tarde sería conocido como la grupo barcelonés de la generación del medio siglo o de los 50. Entre ellos cabe memcionar a los hermanos Luis y José Agustín Goytisolo, Carlos Barral. Jaime Gil de Biedma, Josep Mª Castellet, Joan Ferraté y su hermano Gabriel Ferrater, y Manuel Sacristán.
El número que tengo a la vista es el 24, y fue el último número que salió a la luz. Aunque la revista no pasaba censura previa, no la eximió de problemas con el obispado y con sectores de la "vieja guardia" falangista. El número en cuestión consta de 114 páginas, más otras 31 páginas a modo de anexo o suplemento en fino papel azul. Incorpora un par de dibujos de José María de Martín. Como director figura oficialmente Eugenio Fuentes Martín, si bien el verdadero director en la sombra fue Manuel Sacristám.
Visto ahora, el sumario asombra. Comprende, entre otros, artículos de José Agustín Goytisolo (sobre el rastro poético de Vicente Huidobro), Juan Goytisolo (acerca del universo de Guido Piovene), Carlos Barral  sobre Vicente Aleixandre), Manuel S. Luzón (sobre el "Alfanhuí" de Rafael Sánchez Ferlosio) y Gert Schiff (en torno a la pintura alemana contemporánea); una comedia dramática en dos actos (Presagio), de Luis Delgado Benavente; crítica de cine (a cargo de García Seguí); de teatro (a cargo de Castellet); y de libros, con dos reseñas destacables, una de Doireann MacDermott sobre The Living Room, de Graham Greene, y otra de Jaime Ferrán de las Elegías de Bierville, de Carles Riba, en la versión castellana de Alfonso Costafreda. La pièce d resistance es un largo artículo, el VII de una serie titulada "Notas apasionadas sobre España", firmado por "Arévaco" (pseudónimo de Esteban Pinilla de las Heras), en el que se analiza el "individualismo español".Demasiado para las autoridades del régimen.

Comentarios

  1. Hola Jorge, con un poco de tiempo, vengo y me pongo al día de tus entradas que sabes que me apasionan.

    Un besito

    ResponderEliminar
  2. Bienvenida de nuevo a Obiter dicta. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Una revista de autores y textos excelentes en donde el grupo de los 50 ya destacaba. En especial Carlos Barral, especialmente dotado para la teoría poética y en cuyas páginas bien lo demuestra. JL. Gracias por recordárnosla.

    ResponderEliminar
  4. Una revista de autores y textos excelentes en donde el grupo de los 50 ya destacaba. En especial Carlos Barral, especialmente dotado para la teoría poética y en cuyas páginas bien lo demuestra. JL. Gracias por recordárnosla.

    ResponderEliminar
  5. Sin duda es una de las revistas básicas para entender el desarrollo de la poesía española (al menos de cierta poesía) de los años cincuenta.
    Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Pìanos mecánicos

De Los organillos , de Henri-François Rey, publicada a principios de los años sesenta, recordaba más su versión cinematográfica, titulada Los pianos mecánicos como el original francés, que la propia novela. Yo estaba en Cadaqués el verano en que se rodó la película, y tuve la ocasión de ver de cerca a dos de sus intérpretes más conocidos: James Mason y Hardy Krüger. La protagonista femenina era Melina Mercouri, pero a ella no tuve la suerte de verla. El filme lo dirigió Juan Antonio Bardem y, aunnque no es una de sus mejores películas, sí es una de sus producciones internacionales de más éxito comercial. A Henri-François Rey, que pasaba largas temporadas en Cadaqués (Caldeya en la ficción), también lo  tenía visto por el bar Marítim o el café Melitón (título, por cierto, de su última novela). En su momento la novela fue un éxito de ventas y de crítica (llegó a finalista del Goncourt y ganó el Interallié).Leída al cabo de los años puedo asegurar que no solo se sostiene muy bien