Aspiración de la escritura


Joseph Conrad al timón  del "Ready"
(En: J.G. Sutherland, At Sea with Joseph Conrad, 1922)

La ficción, cuando aspira a ser arte, apela al temperamento. Y en verdad, como la pintura, la música o cualquiera de las artes, debe ser el llamamiento de un temperamento individual a ese sinfín de temperamentos individuales, cuya fuerza sutil e irresistible dota al devenir de los acontecimientos de su sentido verdadero a la vez que configura la moral y el clima emocional de un lugar y de un tiempo. Para que este llamamiento surta efecto, la impresión debe llegarnos a través de los sentidos; de hecho, no puede hacerse de otro modo, porque el temperamento, ya sea individual o colectivo, no se aviene a razones. El arte, así, apela principalmente a los sentidos, y el objetivo artístico, cuando se expresa a través del lenguaje escrito, debe apelar igualmente a los sentidos si su anhelo más elevado es alcanzar el resorte secreto de la respuesta emocional. Debe aspirar tenazmente a la plasticidad de la escultura, al color de la pintura y a la mágica evocación de la música, que es el arte de las artes. Y sólo a través de una absoluta y firme devoción a la armonía perfecta de la forma y la sustancia, solo a través de una entrega infatigable y pertinaz a la modulación y al timbre de las frases, puede aproximarse a la plasticidad, al color, de manrera que la luz de la magia evocadora ilumine por un instante fugaz la superficie ordinaria de las palabras: de las viejas, viejas palabras, raídas y desfiguradas por siglos de uso negligente. 

(Del prólogo a El negro del "Narcissus", en Nota de autor, de Joseph Conrad, Ediciones La uÑa RoTa, 2013. Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino)


Comentarios

(7)
  1. Hola Jorge, es muy buena esta reflexión.
    Me he acordado del instinto o ese sexto sentido donde la intuición es un fruto del instinto. Bien grandes maestros del arte nacieron con él y otros lo acabaron desarrollando en su vida: "no sé cómo, pero lo sabía".
    Comento esto porque el texto habla de los sentidos.
    A veces me fascina de qué manera el ser humano a lo largo de su vida hace obras casi sobrenaturales.
    A ese temperamento individual lo llamo "el silencio del artista", que incluso un cantante por ejemplo tiene que sentir en su soledad interna todo aquello que quiere evocar.
    Hace poco hice una entrada en mi blog titulada "Dotes del artista". Un riesgo para mi definir lo que a veces no llego a entender.
    Por si quieres leerlo, sin compromisos, dejo el enlace. Sólo por compartir.

    http://palidasonrisa.blogspot.com.es/

    Saludos


    ResponderEliminar
  2. ... escribe obras sobrenaturales... siendo viejas palabras, raídas y desfiguradas por siglos de uso negligente.
    La ficción quizás no sea tan imposible como nos parece. Ya sabemos de esa realidad subliminal que por aparecer, aparece hasta en los sueños.

    Perdón por mi extensión.

    ResponderEliminar
  3. Al contrario, L.N.J Gracias por tus sugerentes reflexiones.

    ResponderEliminar
  4. Este blog ha sido agraciado con el Premio Dardos. ¡Enhorabuena! y un saludo

    ResponderEliminar
  5. Y una frase que podría haber dicho Chesterton pero que firmó R.L.Stevenson: "El lenguaje no es más que un pobre farol con el que mostrar la vasta catedral del mundo". David M.V.

    ResponderEliminar
  6. Gracias, Molina de Tirso, por el premio. Un premio siempre es un estímulo.

    ResponderEliminar
  7. David, si lo dice RLS me parece bien. Si lo hubiese dicho Chesterton, también.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario