Tocando el xilofón



    La pelirroja Marjorie Georgia Ann estaba en el suelo, sobre una piel de leopardo. Se cubría con un pantalón negro muy ceñido y una blusa verde. Sus pies estaban desnudos. Había puesto seis copas delante de ella. Cada una de las copas contenía un licor. Manejaba con la diestra una cucharilla con la que golpeaba las copas arrancándoles un tañido. De esta forma había logrado un instrumento musical que quería remedar un xilofón.
(...)
    Cliff cerró la puerta y miró a la pelirroja.
    La joven apoyó las palmas de las manos en el suelo, a su espalda, y sus senos se irguieron.
    -Acércate, Cliff.
    -¿Y si él viene?
    -A quién tienes miedo, a él o a mí?
    -A ninguno de los dos.
    -Pruébalo, valiente.
    Cliff echó a andar hacia la joven.
    Entonces ella se levantó y puso los brazos en jarras.
    -¿Desde cuándo me quieres, Cliff?
    La nuez de Everly bailó en la garganta. Miraba a la joven sin decir nada.

(Keith Luger, Masacre en Florida, Bruguera, Colección Servicio Secreto, 1964)   


 

Comentarios

(4)
  1. Uff, muy romántico y atrevido. Y tan sencillo, que aún gusta más.

    Gracias

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  2. Magnífico texto. Una descripción precisa. No soy aficionado al cine pero me imagino el recorrido de la cámara.
    Salud
    Francesc Cornadó

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  3. Economía de medios se le llama a eso.
    Saludos.

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