El pequeño dragón



El dragón se avistó el 13 de mayo de 1572. Silbaba como una serpiente. Había estado escondido en la pequeña finca del Maestro Petronio, cerca de Dosius, en un lugar llamado Malonolta. A las cinco de la tarde lo atrapó en un sendero público un boyero llamado Baptista de Camaldulus, cerca del seto de una granja particular, a un kilómetro y medio de los remotos alrededores de la ciudad de Bolonia. Baptista llevaba su carro de bueyes de vuelta a casa cuando advirtió que los animales se detenían bruscamente. Les dio unos puntapiés y les ordenó a gritos que siguieran andando, pero los bueyes se negaban a moverse y, más que avanzar, lo que hicieron fue hincarse de rodillas. En ese momento, el boyero percibió un sonido semejante a un silbido y se quedó boquiabierto al ver ante él al pequeño y extraño dragón. Con mano temblorosa lo golpeó en la cabeza con la vara y lo mató.

(Ulisse Aldrovandi, Serpentum et draconum historiae, Bolonia, 1640. Citado por Philipp Blom en El coleccionista apasionado, Anagrama, 2013. Traducción de Daniel Najmías). 

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