La cosa viene de lejos


La falta de protección a la propiedad literaria tenía su fundamento y causas mucho más profundas que la mera deficiencia legislativa. Uno de los rasgos más distintivos de la literatura española era su tendencia popular. Es decir, su afán decidido a ser patrimonio de todas las gentes: el nombre y la persona del autor habían ido quedando relegados a segundo término. Una vez que la obra manuscrita o impresa salía a la la luz pública ya pasaba a ser propiedad de la nación, compuesta por ella y para ella, quedando a merced de los particulares, sujeta a copias, imitaciones, interpolaciones y comentarios.

(Ludwig Pfandl, Cultura y costumbres del pueblo español de los siglos XVI y XVII. Introducción al Siglo de Oro, Editorial Araluce, Barcelona, 1929)

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