Ir al contenido principal

McCarthy

Cormac McCarthy

El uso de la terminología geológica en la grandiosa, violenta y espeluznante novela Meridiano de sangre (1985), del estadounidense Cormac McCarthy, es un ejemplo magistral en la ficción contemporánea. Uno de los personajes principales, el imponente vesánico juez Holden, guía espiritual de grupo de mercenarios de Glanton, sabe de geología y minerales, y también de fósiles, y en un momento dado encuentra nitro en una cueva y azufre en el cráter de un volcán extinguido con los que hace pólvora.
Pero es en las soberbias descripciones del seco paisaje en torno a la frontera mexicana, lugar donde transcurren las sangrientas correrías del grupo, donde McCarthy saca el máximo partido al léxico geológico. He aquí algunos ejemplos:
"Atravesaron regiones de piedra multicolor solevantada en tajos mellados y capas horizontales de roca trapeana alzadas en fallas y anticlinales curvados sobre sí mismos... Al despuntar el día escalaron entre esquistos y roca volcánica bajo la pared de un pliegue monoclinal cuyas torretas se erguían como profetas de basalto... Las prietas cornisas periféricas azules de calina y las diamantinas sierras surgiendo de la nada como lomos de bestias marinas en una aurora devoniana..." ¡Profetas de basalto! ¡Aurora devoniana!... Formidable prosa, sorprendentes imágenes.

Comentarios

  1. Sensato y lúcido, como de costumbre, este comentario suyo, don Jorge. No sé si lo publica como adecuada respuesta a las estulticias dichas en cierta mesa redonda universitaria a cargo de tres "jóvenes" novelistas asturianos, unos autores que tal vez escriban mucho, pero que evidentemente leen muy poco. Si en la propia Universidad ya todo vale, aviados estamos.

    ResponderEliminar
  2. La verdad es que tenía ya lista esta entrada antes de la mesa redonda que menciona, a la que asistí; pero no está de más recordar de vez en cuando que al lado de escritores como McCarthy, sobre todo en Meridiano de sangre, los demás parecemos meros aficionados.
    Por cierto, la Universidad lo resiste todo.

    ResponderEliminar
  3. En esa mesa había un novelista en ciernes, un performer y un concursante de OT.

    ResponderEliminar
  4. Don Jorge, ¿cómo no dice usted lo que le pareció la citada mesa redonda celebrada en la antigua Facultad de Derecho? ¿Tan peripatética fue?

    ResponderEliminar
  5. Una prueba de "estulticia" es el artículo, por llamarlo de alguna manera, que uno de esos pretendidos "novelistas" publica hoy en el diario gijonés "El Comercio" sobre Delibes. ¡Un delirio sin pies ni cabeza más propio de un mal estudiante del viejo COU!
    Saludos.
    RMS

    ResponderEliminar
  6. Quien calla otorga, don Jorge.

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Escritura y moral

  La primera obligación de un escritor es tratar todos los temas con la más elevada, la más digna y la más valiente de las disposiciones (...) El espíritu con el que se aborda un tema, un ingrediente relevante en cualquier tipo de literatura, es de absoluta importancia si hablamos de obras de ficción, reflexión o poesía, pues ahí no solo da color, sino que de por sí elige los hechos; no solo modifica, sino que conforma a la obra (...) No rechazamos una obra maestra aunque estemos preparados para detectar sus defectos; sobre todo, no nos preocupa encontrar sus defectos, sino sus méritos: Por supuesto no hay libro perfecto, ni siquiera en su concepción, pero no hay duda de que hay muchos que hacen disfrutar al lector, que le hacen mejorar en su vida o que le levantan el espíritu (...) En literatura, como en todo lo que hacemos, nunca podemos esperar la perfección. Lo único que cabe es hacer todo lo posible  porque así sea, y para ello solo hay una regla: lo que pueda hacerse despacio no

Simpson

George Gaylord Simpson (1902-1984) George Gaylord Simpson fue sin duda uno de los importantes paleontólogos del siglo XX, especialista en mamíferos fósiles, gran teórico evolucionista y experto lingüista. Después de su muerte, su hija descubrió  entre sus papeles el manuscrito de un relato de ciencia-ficción escrito en los años setenta y titulado The Dechronization of Sam Magruder . Se publicó en 1996, con prólogo de Arthur C. Clarke y epílogo de Stephen Jay Gould. Fue traducido al castellano por María Belmonte y publicado al año siguiente por la editorial Mondadori con el título Entre dinosaurios . El relato de Simpson narra las peripecias de un "cronólogo", Samuel Magruder, que en 2162, y gracias a un proceso de su invención conocido como "descronización", viaja nada menos que ochenta millones de años atrás, o sea, al período cretácico. Magruder es consciente de que es el único humano en un valle poblado de gorgosaurios, celurosaurios, tiranosaurios y otros