Petroleros
Aunque conocido desde la antigüedad con diversos nombres –asfalto, brea, betún de Judea, pez mineral- el petróleo no adquiere un papel preponderante hasta la segunda mitad del siglo XIX. Es entonces cuando la imagen de los derricks en los campos petrolíferos empieza a resultar familiar. Sin embargo, no es hasta los primeros decenios del siguiente siglo cuando la exploración y explotación del crudo alcanza niveles de suficiente importancia industrial y económica como para que la ficción literaria empiece a tomarlo como asunto para sus historias. En este sentido, la novela Petróleo (1927), del escritor norteamericano Upton Sinclair -cuya versión cinematográfica (Pozos de ambición, 2007) ha hecho que se reedite y vuelva a estar de actualidad-, puede considerarse como una de las más representativas entre las que tienen como trasfondo el negocio del "oro negro".
Otras novelas de esta temática sería Gigante (1952) de Edna Ferber, que nos narra la saga de los Benedict, propietarios de campos petrolíferos en Texas. En Oklahoma Crude (1973) de Marc Norman y Oil Patch Empire (1985) de John Ballem, la industria del petróleo sirve de escenario para tórridas historias de poder, sexo y dinero. Más centrada en los problemas geológicos es Over a Barrel (1975) de Guy Elmes, en la que Bill Clayton, el héroe, es un geólogo tejano que se ve envuelto en diversas peripecias durante su campaña de prospección de petróleo en Etiopía. De todas maneras, para geólogos tejanos me quedo con Mitch Wayne, de Escrito sobre el viento (1946), novela de Robert Wilder de la que Douglas Sirk sacó en 1956 un fascinante melodrama cinematográfico. En la película el papel del geólogo Wayne era interpretado por Rock Hudson, quien aquel mismo año interpretaría también el papel del magnate “Bick” Benedict en Gigante, dirigida por George Stevens y basada en la novela homónima de Edna Ferber.
Otras novelas de esta temática sería Gigante (1952) de Edna Ferber, que nos narra la saga de los Benedict, propietarios de campos petrolíferos en Texas. En Oklahoma Crude (1973) de Marc Norman y Oil Patch Empire (1985) de John Ballem, la industria del petróleo sirve de escenario para tórridas historias de poder, sexo y dinero. Más centrada en los problemas geológicos es Over a Barrel (1975) de Guy Elmes, en la que Bill Clayton, el héroe, es un geólogo tejano que se ve envuelto en diversas peripecias durante su campaña de prospección de petróleo en Etiopía. De todas maneras, para geólogos tejanos me quedo con Mitch Wayne, de Escrito sobre el viento (1946), novela de Robert Wilder de la que Douglas Sirk sacó en 1956 un fascinante melodrama cinematográfico. En la película el papel del geólogo Wayne era interpretado por Rock Hudson, quien aquel mismo año interpretaría también el papel del magnate “Bick” Benedict en Gigante, dirigida por George Stevens y basada en la novela homónima de Edna Ferber.
Gran libro el de Sinclair, y la adaptación al cine también me gustó.
ResponderEliminarEstupendo. Deliciosas estas entradas científico-artísticas. Espero la llegada del carbón, los diamantes, o la geología en otros planetas que también tiene muchas sugerencias. Un abrazo cordial.
ResponderEliminarAmigo Nacho, a mi también me gustó la película, y la interpretación de Day-Lewis me pareció magnífica, aunque algo exagerada.
ResponderEliminarFPC: sí, ya llegará el carbón y otras entradas y espero que te sigan gustando.
Un abrazo a los dos.