Ir al contenido principal

Halo de muerte


"Lina sabía que estaba muy cerca, casi rozando sus cabellos... Con la imaginación veía sus ojos oscuros, un poco amarillentos por la bilis, mezclada con la ira, las mandíbulas tan apretadas, que estaban a punto de saltarse el esmalte de los dientes a consecuencioa de la presión, mientras los puños, los dedos, finos y sensibles, tenían marcados en blanco los nudillos a fuerza de apretar la "nada" dentro de la palma de la mano...
¿Resistiría por mucho tiempo la frialdad de las estalactitas que se hundían en su cuerpo?"

(El halo de la muerte, de An. Herbell, s.f. pero años 50)

Nota: An. Herbell huele a pseudónimo, pero desconozco quién se esconde tras él. No he podido encontrar ninguna pista.

Comentarios

  1. Me encanta la explicación: "a consecuencia de la presión". Es genial! Creo que el texto es enteramente una obra maestra. Estoy convencido de que escribir tan mal no está al alcance de todos los escritores y eso lo convierte en escribir bien. Hay un mérito ahí. Ese hombre tenía, involuntariamente, un estilo propio. Se reconoce al genio. No lo digo con ironía. Reivindico a An. Herbell. La bilis mezclada con la ira! Es potente.
    JLP

    ResponderEliminar
  2. ¿Y qué me dices de la "frialdad de las estalactitas que se hundían en su cuerpo"? Estoy de acuerdo: hay talentos escondidos en las colecciones baratas.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. A veces hay escritura tan mala que es casi genial. Recuerdo ahora una novela delirante de Corín Tellado (la única que leí y lo hice por cabezonería, porque quería saber lo que era eso) que se desarrollaba en un hospital, con médicos apuestos y enfermeras preciosas que se dedicaban todo el día a ligar (los enfermos no contaban para nada). La trama es tan enrevesada que explicarla requeriría mucho espacio. Pero tengo grabado en la memoria el diálogo final, que te ofrezco para solaz y esparcimiento del público en general (es literal, mi memoria es buenísima):
    -Eres una ratita mimosa.
    -No son mimosas las ratitas.
    -Entonces eres una criaturita.
    -No soy una criaturita. Soy una mujer.
    Él lo sabía. La estrechó entre sus fuertes brazos y...
    (La conclusión no la recuerdo, mecachis).
    Un abrazo:
    JLP

    ResponderEliminar
  4. Ellos siempre tenían "fuertes brazos".
    Cierto: es bueno de tan malo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Escritura y moral

  La primera obligación de un escritor es tratar todos los temas con la más elevada, la más digna y la más valiente de las disposiciones (...) El espíritu con el que se aborda un tema, un ingrediente relevante en cualquier tipo de literatura, es de absoluta importancia si hablamos de obras de ficción, reflexión o poesía, pues ahí no solo da color, sino que de por sí elige los hechos; no solo modifica, sino que conforma a la obra (...) No rechazamos una obra maestra aunque estemos preparados para detectar sus defectos; sobre todo, no nos preocupa encontrar sus defectos, sino sus méritos: Por supuesto no hay libro perfecto, ni siquiera en su concepción, pero no hay duda de que hay muchos que hacen disfrutar al lector, que le hacen mejorar en su vida o que le levantan el espíritu (...) En literatura, como en todo lo que hacemos, nunca podemos esperar la perfección. Lo único que cabe es hacer todo lo posible  porque así sea, y para ello solo hay una regla: lo que pueda hacerse despacio no

Un milagro de san Salvador de Horta

"Dos casados vizcaínos traxeron desde aquel reino a Horta una hija, que era sorda y muda de nacimiento; y poniéndola a los pies del venerable Fray Salvador, les dixo que estuviesen ocho días en la Iglesia orando a Nuestra Señora, y que después hablaría la muchacha. Pasados quatro días habló, pero en lengua catalana, conformándose con el idioma del territorio en que estaba. Entonces viendo hablar a la muda gritaron todos: Milagro , milagro . Pero sus padres como no entendían aquella lengua estaban descontentos, y levantando la voz decían que ellos no querían, ni pedían, que hablase su hija lengua catalana, sino vizcaína; y fueron a Fray Salvador, que le quitase la lengua catalana y le diese la vizcaína. Él les respondió: Vosotros proseguid la oración de los ocho días, que yo también continuaré la mía . Y cumplidos los ocho días, delante de los muchos que concurrieron a ver la novedad, dixo: Amigo, la Virgen Santísima quiere que la niña hable catalán mientras esté en el reino de Cat