Inesperada y prematura muerte la de Francisco Casavella. Sin embargo, no podemos decir que fuera un escritor malogrado. Su obra está ahí, sólida, vigente, personal. Su última novela, Lo que sé de los vampiros, no me acabó de convencer; pero estoy persuadido de que su trilogía El día del Watusi acabará reconociéndose como uno de las radiografías literarias más certeras de la Barcelona de finales del siglo XX.
DE MUJER A AMANTE Soy fuego encalmado en agua, una ola que se eleva del abismo. En mis venas la marea atraída por la luna se alza en un árbol de flores esparcidas en espuma de mar. Soy aire atrapado en una red, el pájaro profético que canta en un cielo reflejado. Soy un sueño antes de la nada, soy una corona de estrellas, soy la forma de morir. (Kathleen Raine, Collected Poems 1935-1980 , Allen & Unwin, 1981. Traducción: J.O.) (Nota: Este blog, como viene siendo habitual en verano, se toma un descanso de aproximadamente un mes. Que pasen un buen y saludable verano.)
Sorprendente, en realidad, para mí también. Estoy aún en ciernes de leer Lo que sé de los vampiros, mi última adquisición [no por su muerte, sino por afinidades en la temática de la novela]. Opinaré entonces, o podré opinar mejor, tras su lectura.
ResponderEliminarMientrastanto, recibe un cordial saludo noctámbulo, d.