Prokosch

Frederic Prokosch en los años treinta.
(Foto tomada de Asia misteriosa, primera traducción española
de The Assiatics, Ediciones "La Nave", Madrid, c. 1945)


He esperado hasta finales del año para ver si había alguna referencia al centenario del nacimiento de Frederic Prokosch, pero me parece que esta efeméride ha pasado prácticamente desapercibida en la prensa española.
Siento una especial predilección por este poeta y novelista norteamericano. He leído todos sus libros traducidos al castellano y algunos más en inglés. Aunque no todos sean obras maestras no ha habido uno solo que no me haya aportado algo. En 1999 saqué un opúsculo (El tigre en reposo) con traducciones en prosa de siete de sus poemas. Uno de ellos -"Canción de la Torre"- termina así: "Vivimos y morimos, amamos y tememos; rezamos, como antaño lo hicieron nuestros padres en la selva. El Mono se acerca, y el Lagarto llama: avanzamos lentamente hacia la indescriptible sombra." Tal parece como si a Prokosch le hubiese alcanzado ya la indescriptible sombra del olvido.
Frederic Prokosch hizo una entrada triunfal en la escena literaria con Los asiáticos (1935), una novela que recibió elogios, entre otros, de Thomas Mann, Yeats, Gide y Camus. El éxito se repitió con Los siete fugitivos (1937). Como poeta publicó tres libros, que fueron parcialmente recogidos en el volumen Chosen Poems (1947). Tradujo a Hölderlin y a Louïze Labé. Sin embargo, a partir de los años cuarenta abandona la poesía para dedicarse a escribir novelas de "estilo internacional" que suelen tratar de personajes desplazados en escenarios cosmopolitas. Entre sus títulos: Los conspiradores (1943), La edad del trueno (1945), Tormenta y eco (1948), etc. En Los cielos de Europa (1941) hay episodios en Aragón y Cataluña, en los últimos días de la guerra civil, y salen combatientes republicanos, como un asturiano llamado Calzada.

Durante la Segunda Guerra Mundial Prokosch desempeñó diversas misiones diplomáticas en países europeos. Tras la guerra su popularidad decreció, pero siguió viajando y escribiendo novelas: Cuento de medianoche (1955), Balada de amor (1960), El manuscrito de Missolonghi (1968). En 1983 publicó este maravilloso libro de recuerdos que es Voces. Memorias. Entre sus aficiones se contaban el tenis, el squash, el bridge, la pintura, la lepidopterología y -nadie es perfecto- los impresos fraudulentos. Murió en su casa de Plan-de-Grasse, en la Provenza, en 1989.
Tuve la suerte de cartearme con Prokosch poco antes de su muerte. Conocía muy bien España. Solo en Oviedo había estado tres veces. En otra carta me agradecía el envío de mi primera novela Prima donna, y me decía que la había leído y la había disfrutado immensely. Aunque no fuera cierto es de las cosas que más he agradecido en mi vida de escritor.

Comentarios

(5)
  1. Confieso mi ignorancia. Sólo he leído "Voces", que me fascinó. Creo que ahora me decidiré a leer más cosas suyas. Gracias por el recordatorio.

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  2. Vale la pena el intento.
    Saludos.

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  3. Sorry: se me olvidó firmar el anterior mensaje. Aprovecho para desearte lo mejor para este nuevo año. Te he mandado un email pero no sé si tenía bien la dirección.
    Un abrazo:
    JLP

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  4. Lo mismo os deseo a ti y a Eva.
    Un abrazo.

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  5. ¿Hay algo editado y comprable? Porque, la verdad, tu post incita a la lectura.

    Un saludo y feliz año nuevo.

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