Otros Kurtz (de cine)

 Ernst Deutsch en El tercer hombre.

 

En la película El tercer hombre (1949), de Carol Reed, una de mis favoritas de todos los tiempos, sale un personaje conocido como el barón Kurtz. En principio uno puede pensar en una mera coincidencia nominal con el personaje de la novela El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, pero teniendo en cuenta que Graham Greene, el guionista de la película, tenía en gran estima a Joseph Conrad, la asignación del nombre no parece casual. En efecto, el untuoso y cínico barón Kurtz, interpretado magníficamente por el actor de origen austríaco Ernst Deutsch, se cita con el escritor de novelas del Oeste Holly Martins (interpretado por Joseph Cotten), el cual investiga la muerte de su amigo Harry Lime (Orson Welles). El barón Kurtz le cuenta a Martins que él fue testigo de la muerte de Lime, atropellado accidentalmente en una calle de Viena. En un momento del encuentro, el barón le dice a Martins: "Sus últimas palabras fueron para usted.". Es decir, le miente del mismo modo que el capitán Marlow le miente, si bien piadosamente, a la prometida de Kurtz en El corazón de las tinieblas.   

Otra referencia cinematográfica en la que se muestra una personificación de Kurtz es en Tanganica (1954), una película más bien mediocre de aventuras africanas dirigida por André de Toth,  basada en un relato del prolífico William R. Cox. La película tiene lugar en la Kenia colonial hacia 1900 y narra el safari emprendido por el industrial maderero John Gale (Van Heflin) para acabar con las reiteradas incursiones de tribus nukumbíes que tienen aterrorizados a los colonos. El caso es que estas cruentas razzias están instigadas por un blanco ex convicto y depravado llamado Abel McCracken (Jeff Morrow), que actúa por odio y venganza y se ha erigido en un déspota reyezuelo en una tierra de nadie en el interior de la selva. No es preciso aclarar que, al final, el malo muere.          

Comentarios

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  1. Un hombre llamado Caballo8/6/25, 16:48

    Me encanta "El tercer hombre" y forma parte del reducido elenco de películas que he visto varias veces. De entre las dos pálidas copias que ofreces del auténtico Colonel Kurtz coincido contigo en que probablemente el personaje del barón Kurtz sea el más logrado.
    Aunque repudie el determinismo biológico, por reduccionista y propio de mentes estrechas, no es necesario llamarse Cesare Lombroso para convenir que su propia fisonomía parece delatarle y conferirle un aspecto particularmente siniestro. Es un ser taimado, frío y calculador; fuerte con los débiles y débil con los fuertes; atributo éste que define definitivamente a cualquier tipejo que se precie y que, en éste caso concreto le facilita pescar en aguas revueltas. Ya conocen el dicho: "A río revuelto, ganancia de pescadores".
    Finalmente, y parafraseando al Kurtz conradiano, carece de sentimientos, muestra una ausencia total de pasión y una anulación total del juicio (entendido éste como el seny catalán).

    Un perla vamos.

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  2. Convengo en tu "retrato" del barón Kurtz.

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