Retratos de una línea

 

 

Jules Renard (1864-1910)

 

Jules Renard, para dar prueba de sus excelencias como autor de aforismos, llenó su Diario de retratos de una línea: se entregaba a esa tendencia un poco tramposa y exquisita que consiste en fijar la condición de alguien con un solo comentario. En algún momento de su Diario escribe acerca de alguien a quien ni siquiera nombra: "Es como el que pide café hirviendo y luego deja que se enfríe". Y al leer ese aforismo es difícil no tener la sensación de que Renard ha conseguido susurrarnos la geografía del alma de aquel al que se refiriera, un esquema tan exacto que ha dotado de realidad el perfil de su personaje, con la ventaja de que cualquier lector puede aplicar esa misma definición a alguien que conoce.

(Juan Bonilla, Teatro de variedades. Renacimiento, 2002). 

Publicar un comentario