Inquietante perspectiva
Jerry Glen no quería morir.
¿Quién lo quiere, por más pijotera que resulte su existencia?
Y la suya tan solo tenía veintiocho años, aún llena de vitalidad y esperanzas. Rebosante de anhelos y risueñas perspectivas: con millones de mujeres capaces de ofrecerle, en cualquier rincón del ancho mundo, sus besos, sus caricias, sus cuerpos, su dulzura y hasta -¿por qué no?- sus deliciosas y divertidas intrigas.
Morir es la nada o, en todo caso, una inquietante perspectiva que ya no resulta corporal, donde las palpitaciones de los sentidos ya no existen ni embriagan de placer, dolor o felicidad.
(Lucky Marty, ¿Qué muerte prefieres?, Bruguera, 1983)
La muerte no tiene compasión del optimismo. Ni pizca. Que le pregunten a Jerry Glen.
ResponderEliminar'No te asustes –dijo mi voz-. A nadie se le permite morir más de una vez. La comedia acabará pronto y no tendrás que volver a representarla nunca'. Paul Auster: El Palacio de la Luna, Barcelona, Anagrama, 2009.