In memoriam Nuccio Ordine
Nuccio Ordine (1958-2023)
"Ningún hombre es una isla, ni se basta a sí mismo; todo hombre es una parte del continente, una parte del océano...". Con esta bellísima imagen de John Donne, extraída de sus Devociones para circunstancias inminentes (1624), arranca Nuccio Ordine su libro Los hombres no son islas. Los clásicos nos ayudan a vivir (Acantilado, 2022. Traducción de Jordi Bayod).
A propósito de la reflexión de Donne, incluida en el capítulo XVII de Devociones, comenta Ordine:
La metáfora geográfica nos hace "ver" aquello que no se alcanza a percibir en medio del remolino del egoísmo cotidiano, que: "un hombre, es decir, un universo, es todas las cosas del universo", de igual manera que un terrón cualquiera de un continente, es ese continente. Por eso "la muerte de cualquier hombre me disminuye"; porque cada uno de nosotros "es parte de la humanidad", porque somos múltiples pequeñas teselas de un todo único. Así, cuando oímos tañer la campana, tomamos conciencia de que una parte de nosotros nos ha dejado y que ahora esa campana suena también por quien queda ("Así, nunca pidas a alguien que pregunte por quién doblan las campanas: están doblando por ti").
El pasaje en el que invita a "ver aquello que no se alcanza a percibir en medio del remolino del egoísmo cotidiano" parece sacado de la película Matrix y me resulta altamente revelador. En mi opinión, consciente de que era alguien que afirmaba sin ambages que la política neoliberal descuida los pilares de la dignidad humana sólo puede estar refiriéndose al individualismo exacerbado, el lucro o rentabilidad a toda costa y la descarnada competitividad en detrimento de la cooperación. En los tiempos del agonizante turbocapitalismo, el deceso de Ordine nos disminuye a todos.
ResponderEliminarÉl supo verlo.
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