Las ordanchitas de Madame Jérémine

 


Ahora que el volcán de Cumbre Vieja de La Palma (todavía sin nombre "oficial") ha cesado su destructiva actividad y ya no es foco de interés por parte de los medios de comunicación, continúa discretamente el estudio científico de la gran cantidad de datos recopilados y observaciones efectuadas durante su fase eruptiva. De este modo esperamos conocer en el futuro, los rasgos y características del nuevo volcán, y entre ellas la composición química, mineralógica y petrográfica de los productos eyectados, desde los materiales piroclásticos a las coladas de lavas. 

Y es entonces cuando acude a mi mente Madame Jérémine.

Elisabeth Jérémine fue una de las pocas geólogas en ejercicio durante la primera mitad del siglo XX. Pero no lo tuvo fácil. Nacida en Rusia en 1879 (su apellido original era Tschernaieff) estudió primero en su país y luego en Lausana con el geólogo suizo Maurice Lugeon. Tras regresar a San Petersburgo tuvo que salir bajo nombre falso cuando estalló la Revolución de Octubre de 1917. Fijó su residencia en París y Alfred Lacroix, director del Laboratorio de Mineralogía del Museo de Historia Natural, le facilitó un trabajo como auxiliar junto a Alfred Michel-Levy. Permaneció en el Laboratorio cuarenta años, hasta su jubilación. Siempre se mantuvo en un segundo plano y pese a su experiencia y conocimientos nunca ocupó puestos directivos. Murió en 1964. 

En 1933 y 1935 publicó en el "Boletín de la Sociedad Francesa de Mineralogía y Cristalografía" sendos artículos sobre la composición de las rocas volcánicas de las Islas Canarias, tal vez los más completos de esta clase realizados hasta el momento. Otros trabajos sobresalientes de Jérémine fueron los dedicados a las litologías de las cordilleras del Atlas en Marruecos y el Tibesti en el Sahara. Fue requerida asimismo por destacados geólogos para realizar análisis microscópicos detallados de determinadas rocas ígneas, como las fonolitas de Madagascar, la eucrita de Chaves o la jumillita de Calasparra. En colaboración con Lacroix primero y luego con Jean Orcel, se interesó en los últimos años por la naturaleza y textura de los meteoritos y, en particular, de los cóndrulos. 

Jérémine es citada con gran respeto por el catedrático de Petrología Maximino San Miguel de la Cámara en su exhaustivo Estudio de las rocas eruptivas de España (1936). Así, al hablar de las ordanchitas (una variedad de tefrita con hauyna descrita por primera vez en 1917 por Lacroix en Banne d'Ordanche, Auvernia) dice D. Maximino:

"Mme. Jeremine ha encontrado en Tenerife y La Palma, rocas semejantes a éstas. Su aspecto exterior difiere poco del de las fonolitas; contienen plagioclasa, feldespato alcalino y feldespatoides (...) Estas rocas son precisamente las dominantes en la isla de La Palma..."

No sé si los petrólogos que estudiarán las nuevas rocas formadas por el volcán de Cumbre Vieja encontrarán ordanchitas. Seguramente el nombre haya quedado obsoleto y ahora, de acuerdo con las clasificaciones aceptadas en la actualidad, se denominen de otra manera. En cualquier caso, vaya mi recuerdo y homenaje a la olvidada Elisabeth Jérémine, insigne petrógrafa.

Comentarios

(6)
  1. Buen artículo, Jorge. Madame Jérémine me ha hecho recordar a otra gran mujer de esa época: Florence Bascom, gran geóloga y gran petrógrafa .Creo que fue si no la primera, la segunda mujer norte americana con un doctorado en geología. Poco o nada se la conoce en España y tu, que ademas de buen literato, eres buen historiador de la ciencia podrías dedicarle un homenaje.

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  2. Gracias, Guillermo, por tu comentario. Sobre Florence Bascom, publiqué una entrada en este blog hace unos tres años:
    http://www.jorgeordaz.com/2019/03/stone-lady_6.html?m=0
    Un abrazo.

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  3. Jorge, no lo conocía. La verdad es que mi conocimiento de tu blog es recientísimo. Leeré con gusto tu artículo sobre Florence Bascom.
    Un abrazo

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  4. Magistral semblanza de Florence Bascom. Si señor.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  6. Muchas gracias, Guillermo.

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