Lyell en La Palma


                                                                                                                                                         Charles Lyell (1797-1875)

 

En febrero de 1854 el famoso geólogo escocés Charles Lyell, autor del influyente tratado Principles of Geology (1830-1833), llegó al puerto de Santa Cruz de Tenerife procedente de Madeira. Le acompañaba Georg Hartung, un geólogo alemán, enfermo de tuberculosis, que se hallaba pasando el invierno en la isla portugesa. Como viajeros de un navío procedente de una zona en la que se había declarado una epidemia de cólera, Lyell y su colega tuvieron que cumplir la obligada cuarentena en el Lazareto. Tras visitar el valle de la Orotava, Las Cañadas y ascender al pico del Teide, pasaron a Gran Canaria donde contactaron con Pedro Maffiotte, ingeniero de obras públicas y aficionado naturalista, quien les hizo de cicerone en sus excursiones por la isla. 

 


 

El objetivo principal de Lyell para visitar las Canarias era el estudiar su constitución geológica, así como la estructura de los volcanes, su erosión y las huellas dejadas por sus erupciones. Lyell esperaba que sus observaciones sobre el terreno en este archipiélago de la Macaronesia avalarían su idea sobre el crecimiento de los volcanes por "acreción" de materiales, contraria a la hipótesis de los "cráteres de elevación", defendida por el alemán Leopold von Buch, el cual había visitado el archipiélago canario unos treinta años antes.  

A la isla de La Palma llegó Lyell al mes siguiente. Su principal interés era explorar la Caldera de Taburiente y la mitad sur de la isla, donde habían tenido lugar la mayoría de erupciones en época histórica (la última registrada era la de El Charco de 1712). La idea de Lyell era escribir una monografía con los datos de campo recogidos en Madeira y Canarias, pero al final óptó por publicar las conclusiones principales en el Manual of Elementary Geology (1855) y en los Elements of Geology a partir de su sexta edición (1865). La parte dedicada a La Palma en esta edición ocupa 14 páginas de las 45 que contiene el capítulo XXIX ("Rocas Volcánicas" - continuación), y viene ilustrada con grabados y cortes geológicos.  

 


El 25 de marzo Lyell y Hartung se disponen a explorar la parte suroccidental de La Palma. De El Paso a Las Manchas recorren con dificultad, a lomos de cabalgaduras, el inhóspito terreno llamado por los lugareños malpaís. Aquí y allá, en el desolado paraje, surgen a su vista pequeñas bocas volcánicas, depósitos de tefra y restos de antiguas coladas de lava petrificada. Más tarde Lyell comentaría (Elem., pág. 635):

Desde el cese de la actividad volcánica en el norte de La Palma, las erupciones más frecuentes parecen haber tenido lugar a lo largo de una línea que va de norte a sur (...) Las lavas que descienden de varias chimeneas en esta cadena montañosa alcanzan el mar tanto por la costa este como por la oeste, y muchas de ellas son casi tan áridas y desprovistas de vegetación como cuando fluyeron por primera vez. La tendencia en las chimeneas volcánicas a asumir una disposición lineal, como se ve en los volcanes de los Andes y de Java a gran escala, queda ejemplificada por los conos y cráteres de pequeña envergadura en La Palma. Se ha conjeturado que esta linealidad en la dirección de las erupciones superficiales está conectada con profundas fisuras en la corteza terrestre que se comunican con un foco subyacente de calor subterráneo.

Con su percepción basada en el actualismo Lyell abrió nuevos caminos al estudio de los volcanes. Las Islas Canarias, y en especial La Palma, fueron fundamentales para establecer sus planteamientos y aventurar hipótesis. Hoy, como ayer, Cumbre Vieja nos asombra y nos enseña.  

(Ilustraciones sacadas de la 6ª edición de los Elements of Geology, de Sir Charles Lyell. John Murray, Londres, 1865). 

 

  

           

Comentarios

(2)
  1. Excelente y oportuna publicación. Parece claro que la actividad volcánica sigue la línea observada por Lyell a mediados del XIX, en la línea de norte a sur.

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  2. En efecto, y concentrada en la mitad sur de las isla.

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