Algo metálico y frío


 

Se puso la americana y abrió la puerta. Volvió a echarle llave al salir y encaminóse hacia la salida. Cruzó la calle, se sentó al volante de su decrépito automóvil y puso la llave en la ranura correspondiente, pero no la hizo girar. Algo metálico y frío acababa de apoyarse sobre su nuca.

-No te muevas -dijo una voz femenina-. Y no hagas ninguna tontería. No pienso matarte, sino hablar contigo.

Danny se quedó inmóvil mientras decía roncamente:

-No sé por qué, pero no te creo, preciosa.

Notó que el caño de la pistola se separaba de su nuca.

-Volverás adentro -le dijo Jane-. Yo iré detras de ti, de modo que pórtate bien. 

 

(Roy Huggins, Tigresa. Acme Agency, Buenos Aires. Traducción: Julio Vacarezza).   

Comentarios

(3)
  1. De pequeño tenía el pensamiento de que había que mirar en los asientos de atrás de los coches, por si había alguien escondido. Me parece que esa ocurrencia no era original mía. Es un tópico de las películas y novelas. Desde luego no era concebible una de estas situaciones en la mayoría de coches que circulaban en España por entonces, que eran bien pequeños.

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    1. Otrosí digo: ¿De verdad la editorial se llama Acme? Si no recuerdo mal, todos los productos que utilizaba el Coyote para intentar matar al Correcaminos era de la marca Acme.

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  2. En efecto, la editorial se llama Acme Agency, S. R. Lda., los libros se imprimían en Argentina, y me imagino que se distribuían por todo Hispanoamérica.

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