Cuba, Semana Santa, 1960

Bohemia, fundada por Miguel Ángel Quevedo Perez en La Habana en 1908, fue a lo largo del siglo XX una de las más populares y leídas revistas cubanas. En enero de 1959, siendo su director Miguel Ángel Quevedo y de la Lastra, hijo del fundador, el semanario ilustrado lanzó un número especial de exaltación de la Revolución (la llamada "edición de la libertad"), con la imagen en portada de un triunfante Fidel Castro, que alcanzó la fabulosa tirada de un millón de ejemplares.

 


Al año siguiente el número correspondiente al 17 de abril de 1960 cayó en plena Semana Santa, por lo que la revista se hizo eco de esta celebración cristiana, de gran raigambre entre la población. La portada que ilustra dicho ejemplar alude al Viernes Santo y es una representación de Cristo crucificado. No lleva firma, pero a partir de algunos trazos pictóricos podría atribuirse su autoría al mismo artista que ilustró la portada en "honor y gloria al héroe nacional".

 


 

La revista dedica una docena de páginas (de las 130 que tiene) a glosar la pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, más otro artículo, de Andrés Valdespino, sobre el "fracaso" de Jesús, más el editorial "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Una extensión considerable teniendo en cuenta la situación política de aquellos momentos, poco proclive a las exhibiciones populares de carácter religioso. Asimismo se incluye un artículo, firmado por un colectivo de organizaciones seglares católicas, titulado "Los católicos y el comunismo", que rebate la opinión del político e intelectual Juan Marinello, que recién se había manifestado partidario de reducir la manifestación de la fe católica al ámbito estrictamente familiar.

Por lo demás, el contenido de este número de Bohemia es muy variado y disparejo y abarca, entre otros apartados, el editorial de carácter político "Desafortunadas declaraciones del presidente Eisenhower", contestación a las palabras que el presidente de Estados Unidos había pronunciado acusando públicamente a los gobernantes cubanos de traicionar sus propias promesas; un artículo de fondo de André Maurois; la política nacional  ("La Justicia debe estar al servicio del pueblo"); la política internacional ("Balance comparativo de la ciencia atómica en Rusia y Estados Unidos"); un relato de misterio ("Por la espalda", de Richard Marsten); crónica de sucesos ("El caso del cadáver debajo de la cama", de Rolando C. Brunet); efemérides ("Los 150 años del nacimiento de Chopin", de Harold Schonberg); reportajes sensacionalistas ("El muerto que pende de una cuerda en el Monte Eiger", de Paul Brock) y de denuncia ("Compañía de Teléfonos: 50 años de vida escandalosa", de Carlos M. Castañeda), etc. 

También hay una página de publicidad del Comité de Justo Trato para Cuba, con sede en Nueva York, que bajo el título "¿Qué esta realmente sucediendo en Cuba?" se dedica a rebatir "informes contradictorios" publicados en periódicos estadounidenses. Entre los patrocinadores de esta agencia procastrista figuran Waldo Frank (presidente), Norman Mailer, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, James Badwin, Truman Capote y otros intelectuales y escritores.    

De todas las informaciones me quedo, sin embargo, con la entrevista del veterano periodista Jorge Quintana al cantor de la Revolución Carlos Puebla, a raíz del lanzamiento del long play que reúne sus canciones revolucionarias, tales como "Y en eso llegó Fidel" o "Pero la Reforma Agraria va". La entrevista tiene lugar en La Bodeguita del Medio, donde Carlos Puebla y "Los Tradicionales" actúan por la noche. En un momento dado Quintana le pregunta al músico de Manzanillo si Fidel Castro conoce estas canciones, a lo que Puebla responde: "No he tenido la oportunidad de cantárselas. Él está ocupado en otras tareas más altas".  

 


  

No fatan tampoco las secciones fijas: Tele-Radiolandia, Firmamento de los deportes, Así va el mundo, Más allá de la pantalla, La Farándula pasa, Humorismo y Revolución, Modas, labores y otros intereses femeninos, ¡Aquí, el pueblo!... 

 


 

Y los anuncios: Cigarrillos La Corona ("¡Ninguno es más largo!... ¡Mídalo!"), Pesarios Rendells ("protección íntima"), Cerveza Cristal ("Con Cristal se siente claro, ligero y sabroso..."), Placentubex ("Admirable frescura de la piel"), Tonosex ("Hormonas masculinas... Fortalece las glándulas de los hombres y restablece la vitalidad sexual"). Aunque mi preferido es la sabrosa bebida Maltina, cuyo anuncio a todo color ocupa la contraportada: "Cacarajícara... Cómo vengo! Hecho un trinquete... Con Maltina Ud. levanta lo que le pongan al jamo".

 


 

Pocos meses después de la salida de este número, el conflicto de intereses que venía gestándose entre la dirección de la revista, favorable a una reorientación burguesa de carácter nacionalista y anticomunista, y los trabajadores de la misma, mayoritariamente partidarios de un cambio radical revolucionario y comunista, estalló de forma definitiva. Sometido a fuertes presiones, el director Miguel Ángel Quevedo decidió exiliarse, estableciéndose en Miami, Florida, y pasando desde entonces a la oposición activa contra el régimen castrista. Bohemia siguió publicándose bajo control gubernamental.  

 

Miguel Ángel Quevedo junto a Fidel Castro

 

En agosto de 1969, arruinado y arrepentido de haber dado su apoyo a la incipiente Revolución a través de Bohemia, Quevedo escribe desde Caracas una carta a su amigo Ernesto Montaner en la que le comunica su muerte. En ella dice: "Muero asqueado. Solo. Proscrito. Desterrado. Y traicionado y abandonado por amigos a quienes brindé mi apoyo moral y económico en días muy difíciles". A continuación agarró un revólver del calibre 38 y se pegó un tiro en la sien derecha. 

(Fondo musical sugerido para esta entrada: "La bella cubana", en el piano mágico de Everardo Ordaz).

Comentarios

(4)
  1. Vas bien Camilo28/3/21, 17:18

    Acerca de la estrecha vinculación entre la Iglesia y el triunfo de la Revolución en Cuba existe un revelador texto de Ignacio Uría en el que se plasman las relaciones no siempre cordiales entre las instituciones eclesiásticas y el régimen castrista. Por otro lado, considero muy dolorosa la pérdida de Quevedo, quien probablemente era un auténtico creyente en la necesidad de un "hombre nuevo" y en la creación de un mundo más habitable para todos. Desbordado por el cariz que toman los acontecimientos y el rumbo que sigue la Revolución decide poner fin a su vida, en el exilio. Cómo él apunta en su carta de de despedida; que su muerte sea fecunda, abra debate e invite a la meditación.

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    1. Al periodista Quevedo, como a otras muchas personas, intelectuales o no, le tocó vivir en Cuba unos tiempos históricos de los llamados "convulsos", con decisiones muy difíciles de tomar y no siempre acertadas. La carta de despedida es realmente desgarradora.

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  2. El bárbaro del ritmo28/3/21, 17:35

    El piano cocktail tropical de Everardo, sencillamente sublime.

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