Una historia de la literatura (y VI)
Extractos (comentados) de Historia de la Literatura por Edelvives (1958):
Al llegar al capítulo XLII (Literatura novecentista), el primer escritor en ser abordado es Juan Ramón Jiménez.
De su vida, que apenas ocupa tres líneas, dice: "Nació en Moguer (Huelva) en 1881. Estudió con los Jesuitas en Puerto de Santa María y cursó leyes en la Universidad de Sevilla. Ha vivido muchos años en Madrid. Murió en Puerto Rico, en 1958".
Nótese la fenomenal elipsis: vivió en Madrid... murió en Puerto Rico ¿Y en medio qué le pasó a JRJ?
El manual fue impreso unos cuatro meses después de la muerte de Juan Ramón Jiménez. Hacía un par de años que la Academia Sueca le había otorgado el Premio Nobel de Literatura. A diferencia de Echegaray y Benavente -los otros dos escritores españoles que también fueron agraciados con el citado premio- el concedido a Juan Ramón no se menciona. ¿Por qué razón? Lo ignoro.
Pero lo más interesante y curioso acerca del autor de Platero y yo no se halla en el texto del libro, sino en una nota a pie de página, hecha a lápiz de mi puño y letra, ya muy difuminada. El apunte, dice:
"en Madrid tiene contacto con la Institución Libre de Enseñanza. Casó en 1916 con Zenobia Camprubí, española educada en Estados Unidos, y que tradujo a Tagore".
Se me ocurren al respecto algunas observaciones:
1. Normalmente los apuntes e indicaciones del profesor los tomábamos en unas cuadernos de espiral de color azul que se vendían en el mismo colegio. Pero esta anotación es una de las pocas que escribí en el libro de texto.
2. Nombrar la Institución Libre de Enseñanza en aquellos tiempos y en un colegio religioso era cosa atrevida, pues los ideólogos del nacionalcatolicismo siempre consideraron a la ILE como la funesta raíz de todos los males educativos en España desde su fundación hasta la llegada del nuevo Régimen.
3. Sucedía que los poetas también se casaban y llevaban vidas "normales", no solo aventureras y alocadas como otros. Además, algunos se casaban con mujeres cultivadas que también escribían. La mención a Zenobia Camprubí tiene su mérito, sobre todo en una época en que en la mujer solía ocupar en el escena literaria un lugar totalmente secundario (salvo contadas excepciones) y, además, se hace justicia. Recordemos que en muchos diccionarios y enciclopedias del momento, y aún posteriores, se da a entender que Juan Ramón Jiménez tradujo a Rabindranath Tagore, en colaboración con su mujer; cuando la que realmente sabía inglés bastante para traducirlo era su mujer.
4. Un compañero o excompañero de clase (no recuerdo bien) se llamaba Camprubí. Pero según nos dijo él mismo nada tenía que ver con aquella señora de nombre tan raro.
P.S. Quisiera tener un recuerdo especial para el Hermano Enrique, del Colegio "La Inmaculada" de los HH. Maristas de Barcelona, que nos dio la asignatura de Literatura con el rigor y la amenidad suficientes como para no aborrecerla. Incluso algunos llegamos a aficionarnos a ella. A mí me pasó.
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