El "caso" Boixadós (I)
María Dolores Boixadós |
"Mª Dolores es catalana y no puramente de nacimiento, como la triunfadora señorita Laforet, sino catalana auténtica, total, en tal alto grado que hasta es empleada de un importante Banco." Con estas palabras (y me ahorro calificativos) se refería el periodista Julio Sierra a María Dolores Boixadós, en un artículo en el que repasaba a los finalistas del recién fallado premio "Eugenio Nadal" ("Los novelistas de Destino", La Estafeta Literaria, nº 24, 5 de abril de 1945). Dicha joven escritora -contaba veintisiete años- se había presentado al premio con su novela Aguas muertas. No ganó, pero estuvo a punto de hacerlo.
Uno de los objetivos de los promotores del premio era el de propiciar el descubrimiento de jóvenes autores, de nuevos valores, tanto masculinos como femeninos, con la intención de revitalizar el depauperado panorama de la novelística de posguerra. Boixadós había publicado algunos cuentos en la revista Destino y en principio daba el perfil apropiado. Es posible que Ignacio Agustí no solo la animase a presentarse al premio, sino que tal vez le dijera que estaba hecho a su medida. En su libro de memorias Ganas de hablar (1974) Agustí habla de la creación del premio Nadal, cuya idea original se atribuye, pero lamentablemente de este y otros intríngulis que rodearon al mismo en sus inicios no habla nada..
Lo cierto es que ninguno de los dos supuestos "recomendados" para el premio, González Ruano y Boixadós, alcanzaron siquiera la última tanda de votaciones. Además, a diferencia de Martínez Barbeito y Álvarez Blázquez, que enseguida vieron publicadas por la editorial Destino sus respectivas novelas seleccionadas, ni La terraza de los Palau ni Aguas muertas vieron jamás la luz en la mencionada. Cuando menos, resulta curioso. Aguas muertas sería publicada finalmente en 1970 por una pequeña editorial madrileña, Punta Europa. En su día pasó desapercibida y actualmente es inencontrable. En el prólogo a la novela se aclaran ciertos rumores y se dan suculentos detalles de aspectos personales que hablan por sí solos. Merece la pena leerlo.
Menos mal que, en el último minuto, antes de que oficialmente se cerrarse el plazo de admisión de originales al premio, una tal Carmen Laforet presentó su novela. Ganó por sorpresa y la historia literaria dio un giro radical. No obstante, me pregunto, ¿qué habría pasado si en vez de Laforet hubiera ganado la "otra" mujer, Boixadós?
Genial lo de tan catalana que hasta trabaja en un banco. Ya sabes Jordi eso de que cuando los catalanes dicen bolsa suena como si siempre estuviese llena. Interesante historia.
ResponderEliminarGracias. Continuará...
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