Sentirse mujer

Marise Ferro (1907-1991)


Es pavoroso, en ciertos momentos sentirse mujer; y saber que llevamos, dentro de nosotras, elementos de disgregación que escapan al dominio de nuestra inteligencia. En ciertos momentos, también yo, que me reduzco a frialdad a fuerza de razonar, me siento agitada, desordenada, toda yo física, de la cabeza a los pies, con un cuerpo ávido y tan tico en sensibilidad que fantaseo sobre la vida de mis órganos, como si fuese un paisaje o una idea. Mi animalidad no me humilla, pero me espanta porque me absorbe y me hace sentir debilidad de mi inteligencia. Entonces me abandono, lloro por mí misma, desprecio mi feminidad, y, cuanto más lloro, me desprecio y me abandono, tanto más fuerte me siento. La acuidad de mis sentidos se vuelve más embriagadora que el dolor, y me entrego plenamente a la alegría de sentirme mujer, presa de emociones imponderables, cálida, instintiva e impúdica.

(Marise Ferro, Treinta años, Cristal, 1941. Traducción de A. Esclasans). 

Comentarios

(3)
  1. Hola Jorge, en esta frase " Mi animalidad no me humilla, pero me espanta porque me absorbe y me hace sentir debilidad de mi inteligencia", no entiendo muy bien cuando dice: me hace sentir debilidad de mi inteligencia.


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  2. El fragmento citado forma parte de una larga y sutil reflexión que la protagonista de la novela tiene en torno a su amante, y se plantea sus dudas. Ella es consciente de su inteligencia, pero teme que mostrarse tal cual es, con toda su pasión, pueda interpretarse por parte de él como una "debilidad". Esto es lo que, en mi opinión, quiere transmitir la autora de su personaje.

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