Esgrima mortal

 

    -Entonces, según usted, ¿qué cualidades debe tener un buen esgrimidor?
    -La frialdad, señor... y la seguridad en la victoria.
    -¿Son esas... sus cualidades, marqués?
    -Desde luego que sí... hay algo más, señor: hay que ser frío, inconmovible e implacable. Desdichadamente, los viejos combates ya no existen.
    -¿Qué quiere usted decir?
    -Que la vida del actual esgrimista no corre peligro alguno. No se inventaron los sables, las espadas y los floretes para jugar, señor Radcliffe, se inventaron para matar. Y cuando uno se encuentra ante un adversario que viene por la vida... ¡quitársela es el mejor premio que puede recibirse!
    James se estremeció.
   
(Alex Simmons, ¡En guardia!, Ediciones Ceres, 1982)

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