Una nota desacorde


 Las luces de la sala se apagaron, dando paso a los reflectores de diversos coloridos, que volcaban sobre la pista una embriaguez de reflejos. Una salva de aplausos acogió a la escultural forma humana, que surgió como por ensalmo de encantamientos prendida de los hilos invisibles de la añoranza... y Deborah Warwick dejó escapar su voz cautivadora y atrayente, que cantaba con graciosa entonación las primeras estrofas de la canción:
   Nothing in; nothing in,
   Su cuerpo moldeaba materialmente a las palabras: "Mañana no hay trabajo, ¿mas que importa? ¿Es que esperas morir de inanición? No lo esperes, que el calor de mis caricias a tus labios darán vida y calor."
 Nothing in; nothing in.
   El ritmo de la danza crecía a cada instante. Los clientes estaban embebidos de las palabras y de los movimientos de Deborah, cuando algo imprevisto vino a llenar de confusión la sala. El resplandor de un fogonazo surgió en la oscuridad, mientras que el eco de un disparo puso una nota desacorde en el ritmo de la orquesta. se oyó un grito y el ruido pesado de un cuerpo al chocar contra el suelo.

(More Mat, Actuando en la sombra. Colección G-Men, Editorial Jara, s.a.) 

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