Un poema de Harry Brown
HART CRANE
Las algas adornan mi cabeza hundida, el tiburón mi corazón
suicida tiene.
Y el mar azul sureño succiona en mi garganta muda.
Una vez, hace tiempo, mi frente sintió el laurel, mi lengua era fuego;
Ahora el tiburón gris, un ladrón, roba lo que el marinero buscó.
Yo, un americano, no yace junto a edificios blancos y aterradores:
¡Ved! cómo las anchas puertas de mi tumba se abren en muchos puertos.
(Harry Brown, The Beast In His Hunger, 1949)
Degustable poesía.
ResponderEliminarNos leemos.
Saludos.
Gracias, Jorge.
ResponderEliminarA ver si cuelgas alguno más. Un abrazo.
ResponderEliminarNo es mala idea.
ResponderEliminarSaludos.