Un poema de Olay
UN DORADO TEMBLOR
En la orilla, ante ti, se postra el mar
mientras vuelves despacio. En tu piel grita
un perlado sabor que exacto excita
el rítmico dolor de ver andar.
tus músculos precisos. Arde, tenso,
tu bañador finísimo, mojado.
Como un sueño, te tumbas a mi lado
esperando con ímpetu el intenso
momento en que la playa vaya lenta-
mente entonces quedándose vacía
y un dorado temblor de arena y viento
esconda en su calor la geometría
secreta de la música violenta
de un cuerpo de dos cuerpos sin aliento.
(Rodrigo Olay, Cerrar los ojos para verte, Editorial Universos, 2011)
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