Un poema de Peake
DE REPENTE, PASEANDO POR LA CARRETERA ABIERTA
De repente, paseando por la carretera abierta sentí miedo.
Vi las estrellas y el mundo bajo mis pies
Se convirtió en un planeta, y yo ya no estaba
En Wiltshire. Yo estaba de pie
Sobre la superficie, al borde de un planeta
Que giraba alrededor del sol.
Estaba en peligro.
A pesar del consuelo de los olmos, la banal
Normalidad de las casas con sus garajes, la aparente
Inmutabilidad de los campos arados a mi derecha...
Todo estaba en peligro.
Una canica girando en el universo
Llevaba en su vertiginosa corteza, hombres, casas, árboles
Dando vueltas a través de cavernosos eones, y yo tenía miedo.
("Suddenly, Walking along the Open Road", Selected Poems, 1972, de Mervyn Peake. Traducción de J. O.)
De repente, paseando por la carretera abierta sentí miedo.
Vi las estrellas y el mundo bajo mis pies
Se convirtió en un planeta, y yo ya no estaba
En Wiltshire. Yo estaba de pie
Sobre la superficie, al borde de un planeta
Que giraba alrededor del sol.
Estaba en peligro.
A pesar del consuelo de los olmos, la banal
Normalidad de las casas con sus garajes, la aparente
Inmutabilidad de los campos arados a mi derecha...
Todo estaba en peligro.
Una canica girando en el universo
Llevaba en su vertiginosa corteza, hombres, casas, árboles
Dando vueltas a través de cavernosos eones, y yo tenía miedo.
("Suddenly, Walking along the Open Road", Selected Poems, 1972, de Mervyn Peake. Traducción de J. O.)
Todo está en peligro de manera permanente, pero sólo algunos pocos lo saben; el poeta que ha capturado en un instante nuestra ubicación en el Cosmos y quizás algunos visionarios, el resto viajamos por esa infinita y abierta carretera como granos de arena arrastrados por el viento, con una alegría ignorante, como si la cosa no fuera con nosotros.
ResponderEliminarNo conocía al poeta, gracias por presentarlo.
Es verdad: somos insignificantes en la inmensidad del Cosmos. Lo significante, sin embargo, es asumirlo.
ResponderEliminarSaludos.