Traductor, traidor
En el último número de Cuadernos dieciochistas (Vol. 10, 2009) viene un interesante artículo de Fernando Durán López sobre Blanco White y Walter Scott. A principios de 1823 aparecieron en la revista Variedades, promovida por el editor Rudolph Ackerman, varios fragmentos de Ivanhoe (1820) de Walter Scott, traducidos al castellano por Blanco White. Durán analiza la versión de Blanco y la compara con la realizada por José Joaquín de Mora para la edición londinense de la novela entera (1825).
Señala el autor del artículo que la traducción de Blanco White y la de Mora son notablemente distintas. La del primero es fiel al sentido original inglés, pero poco literal, y tiende a abreviar, eliminando detalles y hasta trozos enteros. Por el contrario, la de Mora no elimina ni resume, más bien propende a la amplificación, enfatizando o reiterando conceptos que Scott expresa de manera simple y directa. Así, por ejemplo, donde Scott escribe: "The scene was singularly romantic", Blanco White pone: "El sitio era pintoresco en extremo", y Mora: "La escena que este concurso presentaba era realmente extraña y curiosa". Aparte del mayor o menor acierto, lo que más me llama la atención es que ninguno de los dos traductores emplea el término "romántico" por "romantic".En algún momento Blanco White altera conscientemente el texto de Scott. Por ejemplo, cuando el novelista escocés dice que las emociones de un personaje se veían en su cara "like the shadow of clouds drifting over a harvest-field". Blanco se deja llevar por un arrebato poético y endilga: "con la rapidez que las sombras de las quebradas nubes, cuando las derrumba el viento al través de las eras en el verano". Y no contento añade la siguiente nota: "Esta bellísima imagen, a que la traducción no hace ningún favor, pierde, por su necesidad, su viveza y verdad, para los que no han visto los varios aspectos de la naturaleza en Inglaterra."
Ja ja ja! Qué imaginación. Pero si yo te contara las cosas que veo por ahí cuando estoy traduciendo y se me ocurre cotejar con otras versiones... Un día escribiré algo sobre ello y será divertido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fantástico Blanco White, dando explicaciones como parte de la apropiada obra.
ResponderEliminarLo que llevo años preguntándome es quién fue el primero en proporcionarnos el término "paparruchas" como complemento imprescindible del Scrooge de Dickens, aunque parezca una tontería.
José Luis: Esperaré el libro de tu experiencia como traductor. Promete, por lo que me has contado en alguna ocasión.
ResponderEliminarAntonio: No sé quién se sacó de la manga la palabra "paparruchas", pero es claro que acertó. Desde entonces si no hay "paparruchas" parece que no haya Scrooge.
Saludos.