El Improbitas
Improbitas buccaperta
(De Fauna secreta, de Joan Fontcuberta y Pere Formiguera, 1989)
(De Fauna secreta, de Joan Fontcuberta y Pere Formiguera, 1989)
Este extraño animal fue descubierto por el Dr. Dixon, del Departamento de Zoología de la Universidad de Arizona, en el desierto de Sonora en 1938. El ejemplar capturado -un macho adulto de 97 cm de longitud y 23 cm de altura- fue enviado al profesor Peter Ameinsenhausen, especialista en fauna insólita, quien lo pudo estudiar detenidamente. Entre sus características más singulares está la de no poder cerrar la boca. En las noches de luna llena emite un sonido intrigante que semeja extraordinariamente la respiración de un gato de angora asmático.
Los indios shoshones consideran al Improbitas buccaperta la encarnación del mal, lo opuesto a Manitú. Por esta razón lo hacen responsable de las erosiones de la corteza de los saguaros, cactus gigantes que vienen a simbolizar el falo del gran Manitú. Esta creencia se basa en la costumbre del improbitas de posarse en dicho cactus con la intención de capturar una de sus más preciadas presas, el Campylorhyncus bruneicapillum, el pájaro del saguaro, que es quien realmente se alimenta de la pulpa del cactus.
La forma de captura es realmente curiosa. El Improbitas permanece absolutamente inmóvil en el cactus, naturalmente con la boca abierta, hasta que llega el Campylorhyncus. Entonces su lengua empieza a segregar una baba dulce y olorosa, que atrae a su presa. El pájaro, no pudiendo resisitir la tentación, se introduce en la boca del improbitas con objeto de picotear su lengua, momento que es aprovechado por el captor para dar un golpe seco con la lengua y aplastar al pajaro contra el paladar. A continuación procede a su deglución.
Los indios shoshones consideran al Improbitas buccaperta la encarnación del mal, lo opuesto a Manitú. Por esta razón lo hacen responsable de las erosiones de la corteza de los saguaros, cactus gigantes que vienen a simbolizar el falo del gran Manitú. Esta creencia se basa en la costumbre del improbitas de posarse en dicho cactus con la intención de capturar una de sus más preciadas presas, el Campylorhyncus bruneicapillum, el pájaro del saguaro, que es quien realmente se alimenta de la pulpa del cactus.
La forma de captura es realmente curiosa. El Improbitas permanece absolutamente inmóvil en el cactus, naturalmente con la boca abierta, hasta que llega el Campylorhyncus. Entonces su lengua empieza a segregar una baba dulce y olorosa, que atrae a su presa. El pájaro, no pudiendo resisitir la tentación, se introduce en la boca del improbitas con objeto de picotear su lengua, momento que es aprovechado por el captor para dar un golpe seco con la lengua y aplastar al pajaro contra el paladar. A continuación procede a su deglución.
Sin ánimo corrector. El libro de Fontcuberta y Formiguera sólo se llama "Fauna". Un saludo cordial.
ResponderEliminarHe utilizado el catálogo de la exposición que Fontcuberta & Formiguera celebraron en el Museu de Zoologia de Barcelona (18 mayo-15 octubre, 1989) y que lleva el título de "Fauna secreta". Si hay otro libro lo desconozco. En cualquier caso, fascinante exposición.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ah, de Joan Fontcuberta... Se me había pasado el nombre. Ya estaba a punto de buscar más información sobre el bicho en google.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un abrazo.
Es una pena que en google no haya más datos del Prof. Ameinsenhausen y sus descubrimientos zoológicos.
ResponderEliminarUn aabrazo.