Alfred Noyes

Alfred Noyes (1880-1958)

Hace poco estuve hojeando los Penguin's Poems by Heart (2009), seleccionados por Laura Barber, y no encontré "The Highwayman" de Alfred Noyes. Lástima, porque este poema era uno de los que los escolares ingleses del siglo pasado se sabían de memoria:

The wind was a torrent of darkness among the gusty trees,
The moon was a ghostly galleon tossed upon cloudy seas,

The road was a ribbon of moonlight over the purple moor,

And the highwayman came riding—
Riding—riding—
The highwayman came riding, up to the old inn-door.


Alfred Noyes fue en su día uno de los poetas ingleses más valorados. Hoy en día su poesía está prácticamente olvidada. Escribió también novelas, ensayos y una interesante autobiografía, Two Worlds for Memory (1953). Sus puntos de vista literarios fueron siempre muy conservadores y defendió contra capa y espada una poesía de corte tradicional frente al "modernismo" de poetas como Eliot y Sitwell.
Me he vuelto a acordar de Noyes con motivo de la publicación de El sueño del celta. Como es sabido, el protagonista de la novela de Vargas Llosa es Roger Casement. No sé si en la novela sale a relucir el nombre de Alfred Noyes, pues todavía no la he leído, pero lo cierto es que éste se vio envuelto en la polémica en torno al irlandés.
En 1916 Noyes trabajaba en el departamento de noticias del Foreign Office. Mientras Casement estaba siendo juzgado por traición (acabaría en la horca) Noyes publicó un artículo en el que decía haber leído los diarios de Casement (los famosos "Black Diaries") y que en ellos asomaban signos de degradación humana (entiéndase la homosexualidad). Noyes fue acusado de haber caído en la trampa de los diarios, ya que los defensores de Casement decían que los Black Diaries habían sido arteramente manipulados por el Foreign Office para desprestigiar la figura del patriota irlandés.
Veinte años más tarde, el poeta W. B. Yeats encontró ocasión de escarnecer a Noyes en su poema "Roger Casement". Noyes no tuvo reparos en escribir a la Irish Press, desdecirse de lo dicho y reconocer públicamente que se equivocó en cuanto a la autenticidad de los diarios de Casement. Entonces Yeats tuvo la gentileza de reescribir su poema y quitar de él los versos alusivos a Noyes.
Sin embargo, los diarios eran auténticos. Pero esto no se se supo de manera fiable hasta el año 2002, en el que se llevó a cabo un riguroso examen pericial de los "Black Diaries" y se verificó que los diarios eran auténticos y no habían sido manipulados.

Comentarios

(2)
  1. Podemos presumir que tanto Noyes como Yeats, en el asunto Casament, tuvieron el prurito moral de evitar "hacer sangre" Una elegancia admirable al margen de la autenticidad de los diarios.

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  2. En cualquier caso fue este un asunto engorroso para muchos.
    Saludos.

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