Una mancha en el verde

Michael H. Mason por los caminos de Asturias
(De Spain Untroubled, 1936)

En 1929 Michael H. Mason decidió viajar por España escogiendo una ruta bastante menos transitada por los viajeros extranjeros que otras: la cornisa cantábrica. Para ello, y valiéndose de la ayuda de una mula llamada Bonita y de un pony llamado Chiquito, se dispuso a recorrer la parte norte de la península, desde Bilbao hasta La Coruña. En 1932 sacó a la luz la crónica de dicho viaje con el título Trivial Adventures in the Spanish Highlands.
Mason entra en Asturias por Sotres. Los Picos de Europa se le ofrecen en toda su esplendor y las palabras de elogio sobre este rincón de la cordillera Cantábrica surgen con prodigalidad. Luego atraviesa poblaciones de montaña como Taranes, Orlé y Campo de Caso, ensalzando sus paisajes y su gentes. Pero cuando entra en la cuenca del Nalón, la cosa cambia, y mucho.
Llegado a Rioseco dice: "Aquí nos encontramos en el extremo superior de un distrito minero (carbón) con todo lo abominable que esto trae consigo". Y a las puertas de Sama de Langreo exclama: "Gracias al progreso del moderno comercio, el aire está aquí lleno de polvo, enfermedad y horribles olores de sórdida humanidad".
Busca una posada para pasar la noche y le pregunta a un "haragán", pero desafortunadamente es tartamudo y no le entiende: "Parece que siempre tengo la suerte de consultar al tartamudo o al tonto del pueblo." Finalmente encuentra un "muy cochambroso chigre, lleno de hombres borrachos y tipos repugnantemente desagradables."
Prosigue el viaje y opta por esquivar Oviedo y regresar al monte, que es donde sin duda se encuentra más cómodo. Tras pasar por Grado, San Martín de Lodón y Tebongo, llega a Pola de Allande y se despide de Asturias entrando en Galicia por Fonsagrada.
A modo de excusa, en el prefacio a la segunda edición de esta obra, titulada Spain Untroubled (1936), Mason se hace eco del reproche de R. B. Cunninghame Graham, el célebre Don Roberto, sobre el tono vertido en el capítulo dedicado a Sama, y reconoce que la única experiencia realmente mala que tuvo en todo el viaje fue a su paso por esta industrializada comarca. Una mancha negra en el verde asturiano.

Comentarios

(2)
  1. quien vive en Sama asiente.
    aunque calculo lugares más depresivos: Cuturrasu, Tuilla, Trubia...

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  2. Creo, además, que hay que situarse en la época (años veinte), obviamente muy diferente a la actual.

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