El sonido de las piedras
La fonolita es un tipo de traquita que contiene nefelina o leucita. Es el equivalente volcánico de la sienita con feldespatoides. La fonolita tiende a fracturarse en láminas o losas más o menos delgadas y resistentes que presentan una propiedad singular: si se las golpea con un martillo producen un sonido diáfano, como de campana. De aquí que a la fonolita, como su nombre indica, se la llame "piedra sonora". Link y Jung en su Grundiss der Mineralogie und Petrographie (1935) escriben: "Al acercarse a una cantera de fonolita , donde los canteros trabajan con planchas de diferentes tamaños y espesores, podría pensarse que se está escuchando el resonar de varios cencerros".
Es probable que Antoni Roca Várez (1866-1925) conociera esta peculiaridad de las fonolitas, pero en su Menorca natal no las hay. De modo que tuvo que contentarse con extraer sonoridades de otras clases de rocas. Roca Várez, doctor en Filosofía y Letras y profesor de Instituto en Mahón, poseía un oído musical extraordinario y un gran ingenio. Suya es la invención de un litófono, instrumento de percusión hecho con distintas láminas de piedras de diferentes grosores suspendidas de un palo.
El litófono de Roca tenía treinta notas y abarcaba dos octavas y media. En agosto de 1896 Roca organizó en Alaior una audición pública de su litófono, al que asistió numeroso público. Para la ocasión interpretó una serie de "piezas de bravura" expresamente compuestas por él para litófono, así como varias fantasías sobre temas populares de ópera y zarzuela. Roca estuvo virtuoso y la gente salió muy satisfecha del concierto, asombrados de lo mucho que pueden dar de sí unos simples pedruscos.
Es probable que Antoni Roca Várez (1866-1925) conociera esta peculiaridad de las fonolitas, pero en su Menorca natal no las hay. De modo que tuvo que contentarse con extraer sonoridades de otras clases de rocas. Roca Várez, doctor en Filosofía y Letras y profesor de Instituto en Mahón, poseía un oído musical extraordinario y un gran ingenio. Suya es la invención de un litófono, instrumento de percusión hecho con distintas láminas de piedras de diferentes grosores suspendidas de un palo.
El litófono de Roca tenía treinta notas y abarcaba dos octavas y media. En agosto de 1896 Roca organizó en Alaior una audición pública de su litófono, al que asistió numeroso público. Para la ocasión interpretó una serie de "piezas de bravura" expresamente compuestas por él para litófono, así como varias fantasías sobre temas populares de ópera y zarzuela. Roca estuvo virtuoso y la gente salió muy satisfecha del concierto, asombrados de lo mucho que pueden dar de sí unos simples pedruscos.
El influjo de los talaiots. Me ha recordado a un cuento de Quim Monzó que creo aparece en El perquè de tot plegat. Un individuo se empeña en que las piedras le hablen , hasta aquí cuento. Voy a ver si encuentro al celador. Alguien ha robado el aire acondicionado. Creo que ha sido la eslovaca hippie bipolar. Dice que es una invención del diablo.
ResponderEliminarMe hubiese gustado escuchar el concierto del Sr. Roca -adecuadísimo apellido para la ocasión. A lo mejor las piedras de Menorca poseían alguna sonoridad especial que no tenían otras de otros lugares. ¿Usó las mismas piedras que se emplearon para la construcción de los talaiots? No lo sé. En Menorca hay mucho misterio.
ResponderEliminarSaludos, Dementes.