El cuarto de al lado

Un hombre del que desconocemos su nombre viaja a París, donde ha encontrado un empleo. Se instala en un hotel. En la habitación del hotel descubre un grieta en la pared a través de la cual se ve el cuarto de al lado. Y empieza a observar sin ser visto. Un día ve a una mujer, sola, que se desnuda y se mete en la cama. Al siguiente son un chico y una chica, hermanos adolescentes, que juegan a los enamorados, hasta que el juego es interrumpido por su abuela. Otro día observa a una pareja de amantes que hacen el amor conscientes de que el amor se les escapa. Para entonces el hombre se ha convertido en un mirón compulsivo. Su obsesión es escrutar a las personas que desfilan por la habitación contigua y escuchar sus conversaciones. Con ansiedad espera la llegada de los huéspedes, deja de ir al trabajo en el banco, apenas sale del hotel. Ha entrado en las vidas de los demás y ya no puede escapar de ellas.
Este es el arranque de la novela El infierno (1908) del escritor francés Henri Barbusse, que supuso en su momento un succès d'escandale. A mi entender, el planteamiento de esta novela puede verse también como una metáfora del escritor. El escritor como voyeur; la escritura como escoptofilia.
Hay tema.
Jorge, no sabía que el estalinista Barbusse hubiera escrito algo así (¿no será una genialidad tuya?). La figura del mirón y la coincidencia circular son cuestiones muy gratas para quien te escribe. Gracias por la información.
ResponderEliminarYa me gustaría haber inventado un argumento así, pero a Barbusse lo que es de Barbusse (preestalinista, en este caso).
ResponderEliminarUn abrazo.