E. F. Benson y su extraña familia
Edward Frederic Benson (1867-1940) perteneció a una familia de rasgos singulares. Su padre, un hombre de carácter despótico e inflexible, fue arzobispo de Canterbury. Su mujer, Mary Minnie Sidgwick, a pesar de su indudable encanto -"la mujer más avispada de Europa", como la describió Gladstone- era emocionalmente volátil e inestable. El matrimonio tuvo seis hijos; dos de ellos murieron a temprana edad, pero los otros cuatro alcanzaron niveles de distinción. Todos ellos fueron escritores, murieron solteros, tuvieron tendencias depresivas y desarrollaron una homosexualidad activa o latente.
Arthur Christopher, el mayor, fue rector del Magdalen College de Cambridge, se erigió en propagandista de la paz y harmonía universales y escribió obras eruditas de las que han sobrevivido pocas. Maggie, la hermana, fue una egiptóloga de cierto renombre. Enloqueció e intentó matar a su madre, al parecer tras haber descubierto que ésta mantenía relaciones lésbicas con una de sus mejores amigas. Murió en un manicomio. Robert Hugh, el más joven, se convirtió al catolicismo, se hizo sacerdote y llegó a camarero secreto del papa Pío X. Escribió obras apologéticas y de controversia religiosa y mantuvo turbias relaciones con el barón Corvo.
En su juventud E. F. Benson manifestó interés por el deporte, la arqueología y los viajes; luego se inclinó por la escritura. Su primera novela, Dodo (1893), fue un gran éxito. Desde entonces y hasta su muerte publicaría al menos un libro cada año. Su reputación literaria se asienta en sus novelas humorísticas y de sátira social, como The Freaks of Mayfair (1916), donde caricaturiza de forma acerada, aunque no desprovista de ternura, toda una fauna de excéntricos y decadentes esnobs, residentes en el selecto barrio londinense. "El esnobismo -escribe en uno de los sketchs- no es una cosa superficial, sino que nace de hontanares tan profundos como los del carácter o la religión".
Qué familia tan extraordinaria, qué inglesa, qué colección de monstruos "de la normalidad", con todas las pasiones pugnando por salir.
ResponderEliminarMe gustan mucho los relatos de E. F. Benson, especialmente "La señora Amworth", uno de los mejores cuentos de vampiros que se hayan escrito.
Un abrazo:
JLP
E. F. Benson también tiene buenas historias de fantasmas. Es uno de estos pequeños grandes autores que enriquecen una literatura como la inglesa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay que reconocer que con tales progenitores, en especial el arzobispo de Canterbury, los Benson estaban destinados a una vida de extravagancias y sufrimiento.
ResponderEliminarQue a su primera novela, E.F. Benson le diera el título de un ave extinta, ya da pistas de lo que se cocía en su interior.