Porcel

Empecé a leer a Baltasar Porcel a finales de los años sesenta, en sus artículos publicados en Destino y La Vanguardia. Els argonautes (1968) y Difunts sota els ametllers en flor (1970) fueron las dos primeras novelas que leí de él. Allí aparecía su natal Andratx y sus variopintos personajes: contrabandistas, aventureros, marineros... que conforman uno de los territorios literarios más sugerentes de la literatura catalana del siglo XX. Luego vino Cavalls cap a la fosca (1975), otra gran novela. Sus posteriores obras, sin embargo, ambientadas en escenarios más internacionales o cosmopolitas, me interesaron menos. En cualquier caso, era un escritor de gran nervio narrativo, muy mediterráneo. Descanse en paz.

Comentarios

(2)
  1. Parece que algunos de sus editores lo considera digno del Nobel, según leo hoy en la prensa. Saludos.

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  2. No sé si digno del Nobel, pero sí un excelente narrador. No es poca cosa.
    Saludos.

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