A. J .A. Symons

A. J. A. Symons (1900-1941)

Desde muy joven Alphonse James Albert Symons tuvo claro cómo enfocar su vida: "Mantengo mi idea de construir mi vida como un arquitecto proyecta una casa." Fiel a esta concepción, A. J. A. Symons llegó a convertirse en un personaje de sorprendente versatilidad.
Fue un dandy que gustaba de extravagantes camisas a medida y corbatas de fantasía, gran aficionado al bridge y a los juegos de azar, amante de las carreras de caballos, perito calígrafo, coleccionista de objetos de la época victoriana, bibliógrafo especialista en escritores finiseculares, refinado gourmet -cofundador de la Wine and Food Society-, y reconocido bibliófilo, creador del First Edition Club. Como lector admiró, sobre todo, a Poe, Algernon Blackwood y otros autores de lo sombrío y lo terrorífico. Como escritor mostró sus preferencias por el ensayo y la biografía.
Con tal dispersión de aficiones y saberes no es de extrañar que Symons se caracterice más por las obras que dejó inconclusas que por las que llegó a publicar. Su obra más notable, por la que es recordado, es En busca del barón Corvo (1934), un "experimento en biografía" sobre la vida del escritor decadente Frederick Rolfe, en el que aplica con audacia mecanismos de indagación propios de la novela de detectives (género que, por cierto, habría de cultivar con maestría su hermano Julian, biógrafo, a su vez, de A. J. A.).
A poco de estallar la segunda guerra mundial, a Symons se le diagnosticó un tumor en el cerebro que los médicos no acertaron a tratar correctamente. Agobiado por problemas económicos y el deterioro de su salud, Symons se vio obligado a abandonar su epicúreo modo de vida y a recluirse en su habitación, rodeado de cajitas de música victorianas. En el prólogo de An Anthology of Nineties Verse (1928), escribió refiriéndose a oscuros y olvidados poetas: "Lo que se escribe puede desvanecerse, pero no destruirse". Lo mismo podríamos decir de su obra.

Comentarios

(2)
  1. Perdón por la frivolidad pero yo le encuentro cierto parecido físico contigo, al menos en esa foto.
    Fascinante personaje, él mismo literatura.
    Un abrazo:
    JLP

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  2. Sí que hay un cierto "aire" común, incluso compartimos algunas aficiones: el buen vino, los poetas raros, la bibliofilia... Pero yo no soy tan hedonista...
    Un abrazo.

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