Byron

En el verano de 1816 lord Byron, acompañado de su médico particular John William Polidori, se trasladó a Suiza estableciéndose en Villa Diodati, al borde del lago de Ginebra. Allí se reunieron con Mary Wollstonecraft Godwin, su futuro marido Percy Bysshe Shelley y su pareja en aquel momento Claire Clairmont. El tiempo fue espantoso. Hubo heladas y menudearon las tormentas y los crepúsculos turnerianos. Recluidos al calor del fuego del hogar surgieron en aquellos desapacibles días dos de los relatos de terror más célebres de la literatura inglesa, Frankestein de Mary Shelley y El vampiro de Polidori.
Ahora bien, lo que no podían saber los habitantes de Villa Diodati era que aquel tiempo tan desacostumbradamente frío y destemplado era consecuencia directa de una catástrofe geológica que había tenido lugar un año antes en la isla indonesia de Sumbawa. En efecto, el volcán Monte Tambora estalló con una virulencia inusitada dando lugar a la mayor erupción que registra la historia. La explosión se oyó a 2.600 km de distancia. Una colosal columna de cenizas se elevó hasta una altura de más de 40 km. Más de 10.000 personas murieron a consecuencia del flujo piroclástico. Le siguieron hambrunas que acabaron con la vida de más de 100.000 habitantes de las Indias Orientales. El dióxido de azufre emitido durante la erupción y acumulado en forma de aerosol ácido en las altas capas de la atmósfera tuvo efectos climáticos a corto plazo, reduciendo durante más de un año el calor solar en la superficie del planeta. Byron escribiría aquel año sin verano el poema "Darkness". No era para menos.
Cinco años más tarde Byron reflexionaría sobre el catastrofismo en Caín: Un misterio. En el prefacio a este poema dramático hay una nota en la que se advierte "que el autor ha adoptado parcialmente en este poema la noción de Cuvier de que el mundo ha sido destruido varias veces antes de la creación del hombre." Esta especulación, asegura Byron, no es contraria al relato mosaico. Los grandes fósiles de mamíferos antediluvianos descritos por el paleontólogo francés proveen al Lucifer de Byron de una violenta y sombría visión de un mundo preadámico poblado de gigantes. Como en una inusual pesadilla de verano.



Comentarios

(3)
  1. Fascinante historia. Esta sección de "Geoletras" es tan original como apasionante.
    Saludos. Bernardo.

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  2. Gracias, Bernardo, una vez más.

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  3. qué linda historia. Gracias por compartirla

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