Diluvio
Desconozco las razones por las que Gaetano Donnizetti decidió componer una ópera sobre el diluvio universal. A no ser que el teatro donde fuera a estrenarse quisiera dar a conocer unas máquinas de efectos especiales muy aparentes, no entiendo cómo el compositor de Bergamo se embarcó en un asunto tan poco belcantista. Le ayudó en la empresa su amigo el libretista Domenico Gilardoni. Ni la ópera es de las mejores de Donnizetti ni el libreto sobrepasa la medianía de muchos de la época.
Tengo ante mí el folleto bilingüe impreso en Madrid, en febrero de 1834, con ocasión de la representación "en los teatros de esta Corte" de Il Diluvio universale, "acción trágico-sagrada en tres actos", bajo la dirección del maestro Ramón Carnicer. La trama urdida por Gilardoni es una fantasía disparatada. En el reparto salen Noé, sus hijos Sem, Cam y Jafet, las esposas de éstos, Cadmo, jefe de los sátrapas de Senaar y Artoo, jefe de los bracmanes de la Atlántida.
Tras las intrigas y desgarros de rigor, al final del último acto la cosa se pone realmente fea y se ve venir la catástrofe entre gran aparato eléctrico. Es entonces cuando el coro de sátrapas entona: "¡Ah! ¡Unas tinieblas horrorosas ocultan al cielo y la tierra! ¡Menudean los rayos, y las tempestades! Los elementos se chocan. Sálvase el profeta y desafía impávido el fuego y la tormenta. Todo lo que predijo Noé se verifica... ¡Ay, dijo la verdad!... El Dios, en quien ahora creemos, envía sus venganzas."
A continuación todos huyen y se dispersan con la mayor confusión... "(mientras las aguas caen del cielo, se derraman de los montes, se levantan de la tierra y las familias de los hombres quedan sumergidas, se ve solo el arca que sobrenada ilesa)." Telón.
Il Diluvio es argumentalmente disparatado pero divertido. En cambio, para este próximo y festivo jueves, se anuncia, en la ciudad en la que vivo, una obra infumable vendida durante años como la primera ópera bufa, La Serva Padrona, de Pergolesi, intermedio desgajado de algo aún peor, la "ópera seria" El Orgulloso Prisionero hoy perdida en los predios de la naftalina. La representación está sufragada y promovida por la sección cultural de la segunda caja de ahorros de la región.
ResponderEliminarLo que tiene la ópera es que a pesar de un libreto impresentable el espectáculo se salva si la música es buena y los interprétes no la estropean. Esto no pasa en otras artes.
ResponderEliminar(Me gusta esto de los "predios de la naftalina")