James Ellroy como Silver Kane
En el libro de relatos Destino: la morgue, James Ellroy escribe a base de frases cortas, casi telegráficas, una o dos por párrafo. Así, por ejemplo:
Una alfombra con manchas de sangre.
Está pegada a la cama de este.
Los casquillos son pequeños. La cuerda está flojamente entretejida y tiene tres cabos. La mancha de sangre es roja y rosa brillante.
Ahí está Stephanie.
¿A qué me suena este estilo lacónico, sincopado, extremadamente económico?
Ya sé: ¡A Silver Kane y a sus novelas del oeste!
Veamos un ejemplo de El templo de los pistoleros:
Era el cuerpo de una muchacha vestida con ropas vaqueras.
Una muchacha cosida a puñaladas.
En vida debió de haber sido muy bonita.
Pero ahora una expresión de sorpresa y de dolor deformaba completamente el rostro.
¡Ay, todo está inventado!
Una alfombra con manchas de sangre.
Está pegada a la cama de este.
Los casquillos son pequeños. La cuerda está flojamente entretejida y tiene tres cabos. La mancha de sangre es roja y rosa brillante.
Ahí está Stephanie.
¿A qué me suena este estilo lacónico, sincopado, extremadamente económico?
Ya sé: ¡A Silver Kane y a sus novelas del oeste!
Veamos un ejemplo de El templo de los pistoleros:
Era el cuerpo de una muchacha vestida con ropas vaqueras.
Una muchacha cosida a puñaladas.
En vida debió de haber sido muy bonita.
Pero ahora una expresión de sorpresa y de dolor deformaba completamente el rostro.
¡Ay, todo está inventado!
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