Ir al contenido principal

Libros en llamas



El 29 de abril de 1986 hubo un incendio en Los Ángeles. Nada de particular si no fuera por la magnitud del incendio y el edificio que ardió: la Biblioteca Central. De este suceso trata el libro de Susan Orlean La biblioteca en llamas (Planeta, 2019. Traducción de Juan Trejo), una absorbente mezcla de reportaje, ensayo e incluso relato de misterio (¿quién provocó el incendio y por qué?).
Cuatrocientos mil libros fueron devorados por el fuego a lo largo de las siete horas que duró el incendio; y setecientos mil más se vieron dañados por el humo, por el agua empleada en su extinción, o por ambos. Como escribe Orlean, "fue la mayor pérdida de una biblioteca pública en la historia de los Estados Unidos." A pesar de ello, ningún periódico cubrió la noticia al día siguiente porque al otro lado del mundo, en Chernóbil, estaba ocurriendo el mayor accidente nuclear producido hasta la fecha.
El libro de Susan Orlean es más que una detallada crónica de un suceso concreto, es también un libro sobre los libros, la lectura y las bibliotecas públicas en general, sus usuarios y sus bibliotecarias (así, en femenino, pues tradicional y mayoritariamente han sido mujeres quienes se han dedicado a esta labor profesionalmente. Recordemos, a título de ejemplo, la creación en 1915 de la Escuela Superior de Bibliotecarias de Barcelona, fundada por Eugenio D'Ors).

Notas marginales.
1. El título original en inglés del libro de Susan Orlean es The Library Book. Sin embargo, para la edición española se ha preferido un título más "llamativo", pero casi idéntico a otro, Biblioteca en llamas (Editorial Renacimiento, 2016), de Juan Bonilla, con la confusión correspondiente (por no decir aprovechamiento).    
2. Tras la lectura de La biblioteca en llamas se me ocurrió consultar a través de Internet el actual catálogo de la Biblioteca Pública de Los Ángeles, por si en él figuraba algún libro de mi autoría (curiosidad no exenta de vanidad, lo reconozco). Para mi sorpresa comprobé que disponen de un ejemplar de Prima donna, ubicado en el Departamento de Lenguas Internacionales de la Central. Y ahora me asalta una duda. Mi primera novela fue publicada por la editorial Anagrama, si mal no recuerdo, a primeros de 1986. El incendio de la biblioteca tuvo lugar el 29 de abril de aquel año. ¿Este ejemplar de Los Ángeles estaba ya en algún estante antes del incendio, o es uno de los que se repusieron con posterioridad al mismo? Orlean nos dice que, en cuanto volvió a funcionar la biblioteca, se adquirieron muchos de los libros que se habían quemado. No lo sé. En cualquier caso prefiero dejar volar mi imaginación y pensar que el ejemplar en cuestión se salvó del fuego. En este caso, como apunta Orlean para los libros que se salvaron de la quema, es posible que sus hojas todavía huelan a humo. 

Comentarios

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Bennett sobre "Ulises"

He aquí una foto clásica. Está tomada en la trastienda de la librería Shakespeare and Company, en París, poco después de la publicación de Ulises de James Joyce. En la foto aparecen Sylvia Beach (izquierda), propietaria de la librería y editora de la novela, y su autor (derecha). Me gustaría, sin embargo, que se fijaran en el cartel que hay detrás: ARNOLD BENNETT ON "ULYSSES".  Bennett fue un prolífico escritor inglés, autor de novelas como Los Clayhanger , Ana de las Cinco Villas o Cuentos de viejas , que alcanzaron en su tiempo enorme popularidad y fueron auténticos bestsellers. Seguidor de la gran tradición novelística del siglo XIX, sus obras iban destinadas preferentemente al llamado gran público, lo cual no quiere decir que no se preocupara por el estilo o la forma narrativa. Para Virginia Woolf y el círculo de Bloomsbury, Bennett representaba el lado más aborrecible de la narrativa y, en consecuencia, era no solo minusvalorado sino desdeñado (se burló de él en el ensa