Ir al contenido principal

Dandis


Dos de las cosas que suelen caracterizar a los ejemplares de las pequeñas editoriales que han irrumpido recientemente en el mercado editorial son: la particular selección de títulos y la esmerada presentación de los libros. Los bellos y los dandis (2018), de Clare Jerrold, editado por la editorial Wunderkammer, cumple con creces con ambas cualidades. El libro de Jerrold, originalmente publicado en inglés en 1910, ha sido traducido por Miguel Cisneros Perales y lleva un informativo prólogo de Luis Antonio de Villena. Se trata de un viaje fascinante por el mundo de los beaux, dandis, macaronis, etc. que con sus extravagantes estilismos brillaron en los selectos salones londinenses de los siglos XVIII y XIX, marcando el gusto y la moda entre los presumidos de su época. Las vidas y anécdotas de Nash, Brummel y D'Orsay, entre otros, nutren estas deliciosas y entretenidas páginas. Pero si el contenido del libro ya es de por sí atractivo, su edición en la colección en que aparece no lo es menos.
La editorial Wunderkammer, radicada en el pequeño pueblo gerundense de Terrades, tiene como lema de la colección (diseñada por Hermanos Berenguer), "libros ocultos, libros de culto". El libro (de un formato inusual (10 x 21cm) ) ha sido impreso en Norprint (Artesa de Segre), en papel Munken producido por Arctic Print (Suecia). Las cubiertas, de sobrio diseño, se imprimieron manualmente en la imprenta Daví (Vic), en una vieja máquina Minerva, con tipografía móvil Bodoni fundida especialmente por Swamp Press. Como dicen los editores: "Hasta aquí la intercesión humana; que Fortuna lo acompañe de ahora en adelante."


Por si fuera poco, en su interior el lector encontrará una "reproducción de una lámina de Kunstformen der Natur, obra de Ernest Haeckel de la que obtenemos las ilustraciones."
En definitiva: un libro de una elegancia a la altura de los dandis de los que trata (y a un precio más barato que ciertas aparatosas "novedades" de las grandes editoriales). 

Comentarios

  1. ¡Lo quiero! ¡Qué buena pinta! Me gusta apostar por las pequeñas editoriales. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Un lujo a precio de ganga. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Delicia de libro, espero tenerlo pronto en mis manos.

    ResponderEliminar
  4. Doncs si crec que aquest llibre igual que el tema que tracta pot ser d'una bellesa i elegància important, i es cert que s'ha de "fomentar" les petites editorials que tant be treballen

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Pìanos mecánicos

De Los organillos , de Henri-François Rey, publicada a principios de los años sesenta, recordaba más su versión cinematográfica, titulada Los pianos mecánicos como el original francés, que la propia novela. Yo estaba en Cadaqués el verano en que se rodó la película, y tuve la ocasión de ver de cerca a dos de sus intérpretes más conocidos: James Mason y Hardy Krüger. La protagonista femenina era Melina Mercouri, pero a ella no tuve la suerte de verla. El filme lo dirigió Juan Antonio Bardem y, aunnque no es una de sus mejores películas, sí es una de sus producciones internacionales de más éxito comercial. A Henri-François Rey, que pasaba largas temporadas en Cadaqués (Caldeya en la ficción), también lo  tenía visto por el bar Marítim o el café Melitón (título, por cierto, de su última novela). En su momento la novela fue un éxito de ventas y de crítica (llegó a finalista del Goncourt y ganó el Interallié).Leída al cabo de los años puedo asegurar que no solo se sostiene muy bien