Un bizarro y efímero fenómeno

Primera edición española de Pylon (Luis de Caralt, 1947)
(Ilustración de cubierta de P. Clapera)

La afición de Faulkner por la aviación fue muy temprana. En julio de 1918 partió hacia Toronto para alistarse como piloto cadete en la rama canadiense de la Royal Air Force. Sin embargo el armisticio llegó sin haber concluido el entrenamiento, lo que no le impidió que regresara a su casa de Oxford con uniforme y contando baladronadas acerca de su participación en combates aéreos en los cielos de Alemania. En los años treinta su afición a los aviones se reforzó. Consiguió una licencia de piloto y se compró  un aeroplano de cabina Waco, participando en varias exhibiciones aéreas.
En febrero de 1934 asistió a la ceremonia de inauguración del aeropuerto Sushan, en Nueva Orleans. La experiencioa vivida durante este viaje forma parte del material utilizado para escribir Pylon, publicada en marzo del año siguiente, poco antes de que muriera en accidente aéreo su hermano menor Dean, piloto acrobático.
Pylon es una obra menor dentro de la producción novelística de Faulkner, pero solo en términos relativos, no absolutos. Es una de las cuatro novelas que no transcurren en Yoknapatawpha (las otras tres son La paga del soldado, Mosquitos y Una fábula), sino en otro territorio ficticio: New Valois, Franciana, fácilmente identificable con Nueva Orleans, Luisiana. Sus protagonistas son un equipo de barnstorming formado por un piloto, su mujer, un paracaidista y un mecánico, a los que se une un innominado reportero fascinado por su profesión y modo de vida. 
La novela tiene una estructura clásica y varias de sus imágenes y símbolos son deudores de la poética de Eliot, no en vano uno de sus capítulos se titula como uno de sus poemas: "La canción de amor de J. Alfred Prufrock". En 1957 Faulkner dijo, refiriéndose a estos aviadores amantes del riesgo: "Para mí ellos eran un bizarro y fantástico fenómeno de la escena contemporánea, de nuestra cultura en ese determinado momento (...) Eran tan efímeros como la mariposa que hoy nace sin estómago y desaparece mañana."

Comentarios

(2)
  1. En esa época los aviadores morían como moscas. Cuenta Bryson en su libro, 1927, que de cada cinco pilotos, morían cuatro. Una verdadera ruleta rusa. Sin contar las condiciones penosas en las que volaban.

    ResponderEliminar
  2. No sabía este dato, pero no me extraña. Gracias.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario