Un poema de Landínez

Luis Landínez (1911-1962)

Que repose la frente, fatigada
de perseguir, en tensas soledades,
el vuelo de difíciles verdades
sobre el plano infinito de la Nada.

Muerto el querer, la voluntad anclada,
vuelta ya de sus míticas ciudades,
como la nube, ajena a tempestades,
meciéndose en la brisa soleada.

Un mundo vago, sin opción ni urgencia,
en que el perfil inerte de las cosas,
disuelto en niebla, ante los ojos huya.

Y en un latir de esferas melodiosas,
la absoluta verdad de tu presencia
y una lágrima sola, sólo tuya.

(Luis Landínez, Aquella hora y otros versos de amor. Ediciones de la Librería Colón, Oviedo, s.f. pero c.1950). 



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