Ir al contenido principal

Henry James y el cine


La primera novela que leí de Henry James fue Washington Square. Fue después de ver en televesión la película La heredera, dirigida por William Wyler en 1949, protagonizada por Olivia de Havilland y Montgomery Cliff y basada en la citada novela de James. De hecho, la primera edición española de Wahington Square, publicada por la editorial Surco en 1952, en traducción de María Luz Morales, se tituló también La heredera, sin duda para aprovecha el tirón cinematográfico.
Henry James es uno de los escritores más versioneados en la grande y pequeña pantalla. Aunque hay de todo, en general puede decirse que, a diferencia de otros autores, ha tenido bastante suerte en sus adapataciones. Algunas de ellas son realmente memorables. De las que más me han gustado destacaría Suspense (Jack Clayton, 1961), excelente versión de Otra vuelta de tuerca; Las bostonianas (James Ivory, 1984) y Retrato de una dama (Jane Campion, 1996). Pero mi preferida es una película poco conocida, que descubrí igualmente en televesión hace tiempo: Viviendo el pasado.
Única película dirigida en 1947 por el actor Martin Gabel, The Lost Moment (su título original) está inspirada en "Los papeles de Aspern". En el filme Robert Cummings interpreta a un editor con pocos escrúpulos que se hace pasar por escritor a fin de conseguir las cartas de amor del poeta Jeffrey Aspern (en la película pasa a ser Ashton, no sé muy bien por qué) y su antigua amante Juliana Bordereau (Agnes Moorehead), una anciana que con 105 años vive en Venecia en un sombrío palazzo (a su lado Manderley resulta acogedor) con su sobrina nieta Tina (Susan Hayward).
A mi entender, lo más atrayente de la película es su fascinante atmósfera de misterio y decadencia, así como la relación morbosa, en los límites de la locura, entre Cummings y una Hayward con doble personalidad. Viviendo el pasado difiere del relato original en varios aspectos, incluído el final, pero el espíritu jamesiano, sobre todo en su vertiente más gótica, queda no solo preservado sino amplificado. La película comienza con una frase en off de Cummings, seguramente debida al guionista Leonardo Bercovici, referida a los ansiados papeles del poeta:"La gloria del mundo es la belleza que ha reunido; su tragedia, la belleza que ha perdido."

Comentarios

  1. En la magia del cine, cada detalle cuenta. El doblaje transforma idiomas, conectando historias con audiencias globales. Una habilidad que da voz a la narrativa, expandiendo horizontes cinematográficos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Pìanos mecánicos

De Los organillos , de Henri-François Rey, publicada a principios de los años sesenta, recordaba más su versión cinematográfica, titulada Los pianos mecánicos como el original francés, que la propia novela. Yo estaba en Cadaqués el verano en que se rodó la película, y tuve la ocasión de ver de cerca a dos de sus intérpretes más conocidos: James Mason y Hardy Krüger. La protagonista femenina era Melina Mercouri, pero a ella no tuve la suerte de verla. El filme lo dirigió Juan Antonio Bardem y, aunnque no es una de sus mejores películas, sí es una de sus producciones internacionales de más éxito comercial. A Henri-François Rey, que pasaba largas temporadas en Cadaqués (Caldeya en la ficción), también lo  tenía visto por el bar Marítim o el café Melitón (título, por cierto, de su última novela). En su momento la novela fue un éxito de ventas y de crítica (llegó a finalista del Goncourt y ganó el Interallié).Leída al cabo de los años puedo asegurar que no solo se sostiene muy bien