Ir al contenido principal

Gente de Dublín


En El tenedor de libros (Xordica, 2015), amena y erudita recopilación de artículos del bibliófilo zaragozano José Luis Melero, hay uno dedicado a "Traducciones célebres" en el que se menciona la correspondiente al libro de cuentos Dubliners de James Joyce. El libro del escritor irlandés se publicó en 1914, pero hubo de esperar a 1942 para verlo traducido al castellano en su integridad (los quince cuentos). Fue en la editorial barcelonesa Tartessos, dentro de la colección "Narraciones contemporáneas"·que dirigía el escritor Félix Ros. El libro adopta el título de la edición francesa, Gente de Dublín, y figura como traductor I. Abelló (es decir, Isabel Abelló de Lamarca). Lleva en la sobrecubierta un reclamo que dice "El libro que descubrió al novelista más discutido del mundo".
La versión de Abelló es algo descuidada y con bastantes licencias, pero en general correcta, y casi con seguridad tuvo a la vista la traducción francesa de 1926  Lo más curioso es que el relato titulado "Araby" se presenta como "Una narración de James Joyce". ¿Por qué no se mantuvo el título original?
Por otro lado dice Melero: "El libro es sobrio y elegante y muchos de mis lectores recordarán que en el último de esos relatos, "Los muertos", aquel que llevó al cine John Huston en 1987, se nombra al tenor aragonés Aramburo, nacido en Erla en 1840, que desarrolló una brillante carrera internacional y sobre el que escribió en 1998 una pequeña monografía Vicente García de la Puerta."

Antonio Aramburo (1840-1912)
En efecto, en el citado relato el señor Browne, invitado a la cena de Navidad de las señoritas Kate y Julia Morkin, recuerda con nostalgia las antiguas compañías italianas de ópera que solían visitar la capital irlandesa: "Tietjens, Ilma de Murzka, Campanini, el gran Trebelli, Giuglini, Ravelli, Aramburo. Esos eran días -sentenció- en que se podía oir algo que se pareciera al canto en Dublín." Antonio Aramburo fue uno de los más célebres tenores de la época, rival de Gayarre, Tamberlink o Tamagno. Cuando Joyce nació estaba en la cima de su carrera.

Comentarios

  1. Qué lejos queda ese mundo. No está nada mal ser recordado en un relato ¡y de qué autor!
    Voy a ver si encuentro alguna grabación restaurada de Antonio Aramburu.

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Jorge, por este viaje al «universo Joyce». Al fin, "Dublineses", en palabras del autor, no es más que un capítulo de la historia moral de Irlanda (casi nada). F.Fonseca

    ResponderEliminar
  3. Amaltea: creo que hay algun registro antiguo de Aramburo. Prueba en Youtube

    ResponderEliminar
  4. Fernando: El univero Joyce da para mucho. Y "lo muertos" es uno de mis relatos preferidos. No me canso de lerlo, y siempre encuentras algo nuevo en él.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Bennett sobre "Ulises"

He aquí una foto clásica. Está tomada en la trastienda de la librería Shakespeare and Company, en París, poco después de la publicación de Ulises de James Joyce. En la foto aparecen Sylvia Beach (izquierda), propietaria de la librería y editora de la novela, y su autor (derecha). Me gustaría, sin embargo, que se fijaran en el cartel que hay detrás: ARNOLD BENNETT ON "ULYSSES".  Bennett fue un prolífico escritor inglés, autor de novelas como Los Clayhanger , Ana de las Cinco Villas o Cuentos de viejas , que alcanzaron en su tiempo enorme popularidad y fueron auténticos bestsellers. Seguidor de la gran tradición novelística del siglo XIX, sus obras iban destinadas preferentemente al llamado gran público, lo cual no quiere decir que no se preocupara por el estilo o la forma narrativa. Para Virginia Woolf y el círculo de Bloomsbury, Bennett representaba el lado más aborrecible de la narrativa y, en consecuencia, era no solo minusvalorado sino desdeñado (se burló de él en el ensa