Era un panorama extraño. En Barcelona, la habitual multitud nocturna paseaba Rambla abajo entre controles de policía regularmente repartidos, y la habitual bomba que explotaba en algún edificio inacabado (a causa de la huelga de los obreros de la construcción) parecía arrojar desde las calles laterales perqueñas riadas de gente nerviosa a la Rambla. Los carteristas, apaches, sospechosos vendedores ambulantes y relucientes mujeres que normalmente pueden verse en las callejuelas se infiltraban entre las buenas familias burguesas, las brigadas de obreros de rostro endurecido, las tropillas de estudiantes y jóvenes que deambulaban por la ciudad. La multitud se desparramaba lentamente por la Rambla, como un río de corriente oscura y crecida. Apareció un ejército de detectives, de bolsillos abultados, apostados en cada café, vagueando por la Rambla y enganchando, de un modo vengativamente suspicaz, a algunos transeúntes elegidos por alguna singular razón, hasta el punto de que incluso esta
Creo que en alemán tu libro se titula: "Geständnis eines Bücherfresser"
ResponderEliminarSi no me equivoco.
Saludos
...Y enhorabuena en alemán creo que se dice Glückwünsche... Pues eso, ¡maestro!
ResponderEliminarF. Fonseca
La verdad no sé cómo se dice en alemán, pero lo que decís suena bien.
ResponderEliminarCada vez estoy más de acuerdo de que es un libro de culto.
ResponderEliminarQuién sabe qué es lo que le deparará el futuro.
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