Ir al contenido principal

Los despojos de Cervantes


Andan estos días buscando con un georadar los huesos de Cervantes en el madrileño convento de las Trinitarias, sito en la calle de Lope deVega (vaya paradoja).
Por favor, no sigan.
No nos los merecemos. No después de tantos años de abandono y desinterés.
El responsable del proyecto ha dicho que "está un poco nervioso y con ganas de empezar porque no tenemos muchos días".
Tranquilo.
Si no hemos sido capaces de encontrarlos en cuatro siglos, no vamos a pretender ahora encontrarlos en cuatro días.
¡País!

Comentarios

  1. A mí lo que me llama la atención es que quieran encontrarlo con este aparatito después de los siglos que dices. Y por qué no se encuentran en España otros cuerpos de asesinatos actuales con sus asesinos vivos.
    Es lo absurdo, lo incomprensible y la impotencia de querer intentar entender las cosas que hacen los demás.
    Bien, en caso de que lo encontran, empezaría a creer en ciertos fenómenos que Iker Jiménez nos a su programa; y claro, como siempre tengo dudas, otra más seria saber qué querrán estudiar con los huesos de Cervantes, o si sólo quieren darle una tumba digna.
    ¡Ay! no sigo, que despojo el caso.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. "encontraran" "nos ha traido a su programa"

    y por cierto, a esta entrada le hace falta música de fondo, como en el programa de Iker:

    http://youtu.be/Hn-rp6l7fpw

    Jorge me voy que me vas a echar de aqui como siga:)

    ResponderEliminar
  3. No sé por qué no llamaron a Iker directamente. Seguro que hubiese dado más juego.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Pìanos mecánicos

De Los organillos , de Henri-François Rey, publicada a principios de los años sesenta, recordaba más su versión cinematográfica, titulada Los pianos mecánicos como el original francés, que la propia novela. Yo estaba en Cadaqués el verano en que se rodó la película, y tuve la ocasión de ver de cerca a dos de sus intérpretes más conocidos: James Mason y Hardy Krüger. La protagonista femenina era Melina Mercouri, pero a ella no tuve la suerte de verla. El filme lo dirigió Juan Antonio Bardem y, aunnque no es una de sus mejores películas, sí es una de sus producciones internacionales de más éxito comercial. A Henri-François Rey, que pasaba largas temporadas en Cadaqués (Caldeya en la ficción), también lo  tenía visto por el bar Marítim o el café Melitón (título, por cierto, de su última novela). En su momento la novela fue un éxito de ventas y de crítica (llegó a finalista del Goncourt y ganó el Interallié).Leída al cabo de los años puedo asegurar que no solo se sostiene muy bien