Ir al contenido principal

Murphy

Walter F. Murphy (1929-2010)

"El Papa Francesco ha muerto". De esta contundente manera empieza la novela The Vicar of Christ (1979), del escritor, jurista y politólogo norteamericano Walter F. Murphy. En esta ficción, Murphy recrea la figura del primer papa americano, cuyo nombre, curiosamente, coincide con el actual.
El protagonista, Declan Walsh, criado en Roma y Dublín, y héroe condecorado de la guerra de Corea (como el propio autor), comienza una exitosa carrera judicial alcanzando la presidencia de la Corte  Suprema de los Estados Unidos. Una tragedia personal -la muerte en accidente de su esposa- introduce un giro radical en su vida: Walsh, ferviente católico, ingresa como monje en un monasterio trapense. En otro inusual viraje es elegido en cónclave nuevo papa. El papa Francisco de la novela emprenderá la renovación de la Iglesia en base a los principios del amor al prójimo y la justicia social. Su gran aliado en las reformas es el ¡arzobispo de Buenos Aires!, nombrado prefecto de la Congregación de los Obispos.
El primer problema que tiene que abordar tiene que ver con España. En Barcelona una manifestación de curas ha sido violentamente disuelta por la policía y muchos de ellos apaleados incluso en el interior de la catedral (estamos en la Transición). El papa convoca de inmediato al embajador español en el Vaticano y al cardenal primado y les advierte que, de proseguir la violencia, se verá obligado a excomulgar a los policías y a las autoridades que han permitido la represión.
Francisco viaja por el mundo y se pronuncia claramente en contra de las guerras y a favor de la paz entre los pueblos. Prepara una encíclica con el título de Monstrum Bellum. Pronto los planes liberales y reformistas del nuevo papa son mal vistos por el sector más conservador de la curia. Quizá, piensan, esté yendo demasiado lejos.
The Vicar of Christ fue un best-seller en Estados Unidos, pero nunca se publicó en España. 
¿Qué cómo termina la novela? Mal. Francisco es asesinado por un sicario. Eperemos que en esto la realidad no imite a la ficción. 

Comentarios

Entradas populares

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Antillón

  Con el placer de costumbre leo en Lecturas y pasiones (Xordica, 2021), la más reciente recopilación de artículos de José Luis Melero, una referencia al geógrafo e historiador Isidoro de Antillón y Marzo, nacido y muerto en la localidad turolense de Santa Eulalia del Campo (1778-1814). Antillón fue un ilustrado en toda regla, liberal en lo político, que difundió sus ideas, entre ellas el antiesclavismo, a través de diversas publicaciones. Sus obras más relevantes son las de carácter geográfico, entre las que destaca Elementos de la geografía astronómica, natural y política de España y Portugal (1808). En esta obra se muestra crítico con otros geógrafos españoles (caso de Tomás López) y con los extranjeros que escribían sobre España (a excepción del naturalista Guillermo Bowles). Gracias a Jovellanos Antillón llegó a ser elegido diputado por Aragón en las Cortes de Cádiz. A su amigo y protector le dedicó Noticias históricas de D. Gaspar Melchor de Jovellanos , impreso en Palma de Mall