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Milagrosas espinas

Grabado que representa la parte anterior del corazón
 de Santa Teresa, con sus espinas.
(Del libro del P. Nemesio Cardellach)

Entre las reliquias de Santa Teresa hay una que, durante mucho tiempo, se tuvo por una de las más insólitas pruebas de su santidad: las espinas de su corazón. Mi amigo Josep Mª Sans me facilita al respecto un libro raro y curiosísimo: Santa Teresa de Jesús y las espinas de su corazón, de N. C. y B., Valencia, Establecimiento de José Martí, 1876. Se trata de un libro alucinante, en el que su autor, el presbítero de la Congregación de la Misión P. Nemesio Cardellach y Busquets, dedica todos su esfuerzos a analizar y describir pormenorizadamente dichas espinas y otros peculiares rasgos del momificado corazón transverberado de la santa, que se conserva en una urna de cristal en el convento de las carmelitas descalzas de Alba de Tormes.
Tal y como se puede observar en el grabado adjunto, las supuestas espinas aparecen a modo de excrecencias puntiagudas, de dos a tres centímetros de largo, que brotan directamente del corazón. Se aprecia también en el corazón, según el padre vicenciano, otro grupo de espinas más cortas y finas; así como otras particularidades dignas de señalar, tales como señales de la herida o transverberación hecha por el dardo del Serafín (sic), filamentos parecidos a lana o estambre, manchones negros semejantes a los de la hoja del tabaco en rama, rugosidades con aspecto de piedra, una ramita salida inmediatamente del corazón, etc.
A finales del siglo XIX, siendo el P. Cámara obispo de Salamanca giró una visita al convento de Alba de Tormes. Observó, estudió e inquirió la reliquia y formó su opinión, a saber: que debía desecharse la errónea creencia de que las llamadas espinas del corazón de Santa Teresa consitutían un fenómeno milagroso; y, en consecuencia, mandó que fueran quitadas.

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