Ir al contenido principal

Tarántula

Copio del Diario de Madrid: "El día 30 de junio de 1793, Un Pastor vecino de esta Villa (Hinojosa-Extremadura) fue picado por una Tarántula, y conducido a su casa, y acostándole en la cama se le observó mortal y aletargado." Estos son los antecedentes; estúdiese ahora la terapéutica. "De orden del Médico se mandó tocasen la guitarra, violín y bandurria, con la tocata del canario, y se observó al instante, con admiración de todos, que el enfermo hacía varios movimientos con los pies al compás de la música; de allí a poco sacó los brazos, siguiendo el tono; y por último se levantó del lecho, aunque por su debilidad no podía tenerse en pie, y se puso a baylar perfectamente al son de la tocata, como el mejor baylador; siendo de advertir, que ni de mozo ni de viejo jamás había baylado. Luego se mudó de bayle y también siguió él. Repitió varios días, y con esta única medicina de la música y bayle se ha puesto enteramente bueno."

(Del siglo de los chisperos, de Luis Martínez Kleiser, Madrid, 1925)

Comentarios

  1. Hola, me gustaría contactar con Vd. en privado. Hay alguna manera? Mil gracias!
    RPM

    ResponderEliminar
  2. Lupo Ayllán y Sus Dementes1/11/11, 20:47

    ¿Ése es el origen de la tarantela ? Qué fue primero ¿ la araña o el baile ? Qué maravilla .
    Luis Martínez Kleiser ¿era un folclorista , un entomólogo , un musicólogo ?

    ResponderEliminar
  3. Rocío: puede escribirme a ordazg@hotmail.com

    Lupo: Por lo que sé Martínez Kleiser era, sobre todo, floklorista.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares

Criterion

  Sin lugar a dudas, The Criterion , fundado y editado por T. S. Eliot en 1922, es una de las mejores revistas literarias británicas del siglo XX. La nómina de colaboradores que tuvo este magazine trimestral, hasta su último número publicado en 1939, conforma un catálogo bastante representativo de lo más granado de la intelectualidad, no solo británica, del período de entreguerras. En sus páginas escribieron luminarias como Pound, Yeats, Proust o Valéry, por citar solo cuatro.   El primer número de The Criterion , salido en octubre de aquel annus mirabilis , es realmente impactante y marca el sello característico de su editor, expresado a través de sus "Commentary"; a saber, la compatibilidad entre una ideología ideología católica y conservadora y una defensa a ultranza de la vanguardia modernista. En este ya mítico número 1, se incluye, por ejemplo, la primera aparición en letra impresa de The Waste Land de Eliot, y la crítica encomiástica de Valéry Larbaud del Ulises, de

Premio Nadal 1944

El jurado del primer Premio "Eugenio Nadal" (Café Suizo, Barcelona, 6 de enero de 1945). De izquierda a derecha: Juan Ramón Masoliver, Josep Vergés, Rafael Vázquez Zamora, Joan Teixidor e Ignacio Agustí.  En un artículo titulado "Premios literarios, cartas marcadas", publicado recientemente en un diario digital su autor Daniel Rosell analiza el trasfondo de premios tan prestigiosos como el Nadal y el Planeta a lo largo de su ya larga historia. Refiriéndose al primero de ellos, Rosell escribe: "Siempre hay alguien que recuerda que el el primer premio Nadal lo ganó una desconocida Carmen Laforet, que se impuso a González Ruano, a quien se le había garantizado el premio." Y añade: "Es emotivo, incluso tiene elementos épicos la historia de una joven desconocida que se alza con un galardón literario al que aspiraban los nombres -todos masculinos- consagrados de las letras de entonces, pero ¿por qué no poner el acento en González Ruano? (...) En otra

Pìanos mecánicos

De Los organillos , de Henri-François Rey, publicada a principios de los años sesenta, recordaba más su versión cinematográfica, titulada Los pianos mecánicos como el original francés, que la propia novela. Yo estaba en Cadaqués el verano en que se rodó la película, y tuve la ocasión de ver de cerca a dos de sus intérpretes más conocidos: James Mason y Hardy Krüger. La protagonista femenina era Melina Mercouri, pero a ella no tuve la suerte de verla. El filme lo dirigió Juan Antonio Bardem y, aunnque no es una de sus mejores películas, sí es una de sus producciones internacionales de más éxito comercial. A Henri-François Rey, que pasaba largas temporadas en Cadaqués (Caldeya en la ficción), también lo  tenía visto por el bar Marítim o el café Melitón (título, por cierto, de su última novela). En su momento la novela fue un éxito de ventas y de crítica (llegó a finalista del Goncourt y ganó el Interallié).Leída al cabo de los años puedo asegurar que no solo se sostiene muy bien